Antonio Gil
El TSJ de Andalucía ha determinado que el despido de una cajera que sustrajo 220.000 euros de la tienda del Aljarafe en la que trabajaba es improcedente. A pesar de haber sido condenada a dos años de prisión por apropiación indebida, la sala de lo Social del tribunal apoya esta decisión en el hecho de que la carta de despido entregada a la empleada era «gravemente inconcreta y escueta», incumpliendo por tanto los requisitos del artículo 55.1 del Estatuto de los Trabajadores.
El caso se originó en el Cash Aljarafe Mairena en Sevilla, donde la cajera cometió «múltiples hurtos» junto a otra compañera, y fue posteriormente despedida mediante una carta de despido que carecía de detalles sobre los hechos que la motivaban.
El tribunal criticó la actuación del supermercado, ya que consideró que antes de despedir a la cajera debería haber obtenido un informe pericial sobre los hechos imputados a ella. Además, el TSJA señaló que la carta de despido no cumplía con los requisitos formales para ser válida y que esta irregularidad causada por la empresa impedía examinar si las causas alegadas para el despido eran válidas o no.
La sentencia del TSJA destaca que la finalidad de la carta de despido es proporcionar al trabajador un conocimiento suficiente y fehaciente de las causas que justifican la decisión empresarial, lo que requiere una descripción concreta de los hechos que motivan el despido.
El tribunal concluyó que el incumplimiento de estos requisitos formales llevó a la declaración de improcedencia del despido sin necesidad de más trámites.
Este caso resalta la importancia de que una carta de despido cumpla las normas legales, pues la carta debe proporcionar al trabajador la información necesaria para entender las razones detrás de la decisión y tener la oportunidad de defenderse adecuadamente en caso de que el despido sea impugnado ante los tribunales.
