Por Paula Dapena
La Copa Mundial de Fútbol Femenino ya comenzaba con polémica.
La Selección Africana de Zambia era el centro de atención aunque, más que la selección, su entrenador Bruce Mwape.
Mwape está acusado de abuso sexual por frotarle los pechos a una futbolista antes de un entrenamiento, a pesar de que es algo de lo que no se conoce más información dada la confidencialidad de la investigación que se está llevando a cabo.
En el momento en el que esta noticia vio la luz, empezaron a salir anteriores denuncias de abuso, y una de sus jugadoras afirmaba que “si él quiere acostarse con alguien, tienen que decir que sí” y que “es normal que el entrenador se acueste con las jugadoras de nuestro equipo”.
Es decir, debido a la situación de abuso de poder por parte del seleccionador, las jugadoras consentían las relaciones, sin desearlas.
Posteriormente y ya en el final de esta competición, Luis Rubiales besa a Jenni Hermoso durante la entrega de medallas.
Jenni, durante la celebración en el vestuario, cuando le enseñaban las imágenes del momento dice: “Eh, pero que no me ha gustado” y “pero, ¿y qué hago yo?, mírame a mí”.
Está claro que Jenni no deseaba que este señor la besara, pero ¿y si nadie hubiese hablado de este hecho? ¿y si Jenni no se hubiese sentido arropada para poder hablar de esta situación y lo hubiese consentido a pesar de no haber querido?
Todas nos hemos encontrado en algún momento en una situación similar, consintiendo barrabasadas a hombres que se encontraban en situaciones de poder (o mismo en el día a día), sin querer hacerlo.
Por desgracia, la Ley Órganica de Garantía Integral de la Libertad Sexual (“conocida como “ley del solo sí es sí”) pone el foco en el consentimiento, un consentimiento que puede estar viciado por dinero, miedo, dependencia, culpa, presión social, amenazas, coacción. Rubiales quedaría impune con esta ley si Hermoso no hubiese hablado.
Sin embargo, no es posible obligar a nadie a desear, por lo que el foco debe estar puesto, siempre, en el deseo mutuo, siendo el consentimiento la base de los delitos sexuales.
Dicho de otra manera y citando a Eva López (@evalpzglez): “si no es desesado, por muy consentido que sea, es violencia”.
Añadir que, además de estas polémicas en el Mundial, dentro del deporte femenino, son bastantes las situaciones en las que se han producido abusos por parte de entrenadores.
Por nombrar algunos solamente dentro del fútbol:
– Ignacio Quereda (ex-seleccionador español) que, según fuentes como la razón, disfrutaba humillando a sus jugadoras. (https://www.larazon.es/deportes/futbol/20211028/2t3ngtpjofcqrkionshfrsedcq.html).
– Kandeh-Turay (Sierra Leona), que enviaba fotos de sus genitales y acosaba sexualmente a sus jugadoras según el mismo periódico. (https://www.larazon.es/deportes/futbol/ahora-que-infierno-fotos-penes-acoso-sexual-futbol-femenino-sierra-leona_202303286422c97ca1e0b90001db61b5.html).
– Carlos Santiso (ex-entrenador del Rayo Vallecano Femenino) que, según El País, realizaba los siguientes comentarios: «Este staff es increíble, pero nos faltan cosas. Nos falta, sigo diciéndolo, hacer pues una como los del Arandina. Nos falta que cojamos a una, pero que sea mayor de edad para no meternos en ‘jaris’, y cargárnosla ahí todos juntos. Eso es lo que realmente une a un staff y a un equipo. Mira a los de la Arandina, iban directos a un ascenso». (https://elpais.com/deportes/2022-02-01/oleada-de-criticas-contra-carlos-santiso-entrenador-del-rayo-femenino-por-un-audio-en-el-que-jalea-el-abuso-sexual.html).
– Jorge Martínez (Boca Juniors Femenino), acusado de abuso sexual por la jefa de prensa del club según la Nación. (https://www.lanacion.com.ar/deportes/futbol/boca-juniors/jorge-martinez-y-la-denuncia-de-abuso-en-boca-la-tajante-medida-del-plantel-femenino-y-lo-que-espera-nid04042023/).
– Paul Riley (North Carolina Courage) denunciado por dos jugadoras por abuso sexual. (https://theathletic.com/4196297/2021/09/29/former-players-accuse-north-carolina-courage-coach-paul-riley-of-sexual-coercion/).
El caso de Rubiales es solo es la gota que colma el vaso y que permite, a quién no está al tanto de lo que sucede en el día a día de las mujeres, ver, los abusos que sufrimos.
Espero que esto sirva para poner el foco donde debe estar, en la seguridad y protección de las mujeres y niñas, y que mande un mensaje claro a las futuras generaciones. Nadie puede tocarte a menos que lo desees, y, si lo hacen, nos tendrán a todas en frente.
