El presidente de la ilegalizada Juventud Comunista de Ucrania, Mijaíl Kononovich, y su hermano Alexander, también miembro del Komsomol y activista antifascista, que permanecen detenidos desde hace más de un año por el régimen de Zelensky por una «acusación sin fundamento de colaboración con la Federación Rusa», han realizado un llamamiento a la solidaridad internacional de los comunistas y antifascistas del mundo, ante el serio riesgo de ser asesinados y el agravamiento de su situación, actualmente en detención domiciliaria.
La desesperante situación recuerda a la novela de Kafka, El proceso, y puede terminar del mismo modo. Aparte de situaciones surrealistas en las que los fiscales no se personan en los juicios o no expresan los motivos de las acusaciones, su conclusión apunta a que sea similar a la del relato kafkiano. A través de comunicados compartidos por organizaciones comunistas, los hermanos advierten de que se están creando todas las condiciones para que sean asesinados de manera impune. En ese comunicado señalan que los propios agentes policiales que se encargan de su detención domiciliaria están difundiendo su ubicación «sabiendo que estamos bajo arresto domiciliario y no tenemos donde ir, por lo que estamos atrapados».
Desde inicios de año, al ser trasladados desde la prisión a su arresto en el domicilio, los detenidos vienen advirtiendo del peligro que corren sus vidas al estar expuestos a las amenazas de fascistas que rondan su vivienda y tratan de amedrentarles en su propia puerta.
En una entrevista ofrecida por uno de ellos, Mijaíl, llegan a afirmar que su peculiar juicio sólo puede tener dos finales, la prisión o el asesinato: «(los comunistas en Ucrania) hemos sido proscritos, asesinados y encarcelados. Somos perseguidos como los judíos en la década de 1930, como en la Alemania nazi y los territorios ocupados. Estamos explícitamente llamados a ser asesinados como enemigos».
Dentro de las palabras recogidas en esa entrevista, los retenidos aseguran que los informes del Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, ACNUDH, que revelan los abusos en prisión y detenciones arbitrarias perpetradas por agentes ucranianos, es sólo una muestra de los verdaderamente ocurrido. Los hermanos Kononovich denuncian que la gente está siendo golpeada, torturada y abusada en número de miles y que algunos de ellos en su desesperación han llegado a quitarse la vida.
El deplorable estado de permanente amenaza en el que viven les lleva a pedir un nuevo esfuerzo de solidaridad internacional en el que se realicen acciones de protesta ante las embajadas y consulados ucranianos, o las oficinas de representación de la Unión Europea, en las que se denuncie la situación de exposición impune al asesinato en la que se hallan.
