Presagios de lo oscuro pasean por los cielos como negras nubes de un futuro tóxico
El alma está amputada porque alguien decidió que éramos muñecos
Máquinas en continuo equilibrio
Caminantes sobre la cuerda floja
Esclavos con el valor de un único número
Náufragos en una tabla sobre un mar helado
Navajas de afeitar clavadas en la muñeca
Espadas colgando sobre nuestro lecho
Sujetos de exposición
Meros escalofríos sin esperanza
Maniquíes desnudos precipitándose al invierno nuclear
Pero nadie se dio cuenta de que los culpables no nos importan
Las sonajas están en perfecto orden de revista
Los clarines centellean en el cielo
Y nadie está dispuesto a presentarse voluntario
Para luchar en el campo de batalla
Se disolvió la milicia
Dejamos de creer en salvadores
Nosotros tenemos el genio en la palabra
Ahora estamos apostados tras las murallas
Esperando la gran razzia del ejército enemigo
Veremos cómo devoramos los cadáveres de nuestros hermanos
Para poder pasar un día más en esta hermosa tierra
De lechuzas y cántaros vacíos
De candados en las puertas y ventanas abiertas
De seres sabios que son olvidados y de pasajeros de la moda con su faz sobre los andenes
Porque esperando a los bárbaros nos vamos haciendo bárbaros
Y así la muerte no nos encontrará
Fielmente vencidos
Ni humildemente humillados
Ni vorazmente famélicos
Nos encontrará seguros de nosotros mismos
Mientras defendamos lo nuestro
Que es lo único que nos queda
La dignidad de los que nunca se rindieron
La osadía de pensar diferente al rebaño que rebuzna
Y sigue y sigue a un líder
Aunque de muestras inequívocas de locura
La auténtica resistencia reside en darnos cuenta de nuestro enorme número
Somos la totalidad de la existencia
Asumamos de una vez por todas
Que hemos de empezar a darles caza
Antes de que comience el estupor
Reunámonos en todas las plazas.