Segunda entrega (esta de risa) sobre comentarios a los comentarios

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Por Pilar Aguilar Carrasco

El otro día comenté las declaraciones institucionales de PSOE y Podemos ante el resultado electoral.

Hoy gloso algunos comentarios de “segundas espadas”, devotos, fieles y entregados seguidores. 

La segunda fila de Podemos está, directamente, aterrorizada: ¡qué futuro más negro! porque, a ver, el PSOE tiene fondo de armario: aunque pierda escaños y concejalías, le quedan a paladas y, además, conserva y controla muchos recovecos donde colocar a su gente: organismos públicos, privados o mediopensionistas… En fin, el PSOE, aunque con poder mermado, sigue nadando en la abundancia.

Pero a Podemos pocos puestos les van a ofrecer. Así, por ejemplo, me pregunto sobrecogida qué va a ser de Pam, esa pizpireta portadora de vagina. A ver: terminó la carrera, hizo un master, y ya, luego, se montó en la cresta de la ola de la política… Verse obligada, ahora, a sus 33 años, a buscar oficio, sin poder aportar más sabiduría ni experiencia que la que demuestra y explaya en twitter ¡qué duro! ¿no? 

Aunque, bueno, yo qué sé, lo mismo algún chiringuito LGTBIQ+++++ (+ hasta el infinito), de esos que el Ministerio de Diversidad ha estado financiado durante estos años, la nombra presidenta… porque no la veo yo sirviendo copas en un bar de ambiente…

Se entiende, pues, que algunos/as/es lloren lágrimas de sangre… Y, de sus desgracias, nos culpan a nosotras, las feministas. Dicen que esto ha pasado porque carecemos de empatía. No tenemos corazón y por eso nos irrita que un supermarginado trans le arrebate un título deportivo a una mujer (perdón, a una persona menstruante). 

Somos tan miserables que exigimos que haya un Ministerio que trabaje por la Igualdad y por aumentar los derechos y el bienestar de las mujeres (perdón de nuevo: el bienestar de los privilegiados seres a los que, al nacer, se nos atribuyó, así, al buen tuntún, el sexo femenino), en vez de aceptar que ese Ministerio tiene que dedicar sus energías y sus fondos monetarios a proteger y mimar a la susodicha y nunca bien ponderada minoría supermarginada. 

Si pasamos a los comentarios de los fans de a pie, nos quedamos con la boca abierta: van a lo bruto, sin recato. Así, por ejemplo, (cito): “Enhorabuena, lo habéis conseguido. Gracias a vosotras (nosotras somos las feministas) el próximo vicepresidente de la Generalitat Valenciana será de VOX”. Ahí queda eso. Ellos no tienen culpa ni responsabilidad… Si pierden no es por lo que han hecho o dejado de hacer, no, claro. 

Además ¿qué más queremos? ¿acaso, cada vez que han asesinado a una mujer, Irene Montero y su plana mayor han dejado de poner un tuit lamentando el hecho y dando el pésame a la familia? ¿qué exigimos? ¿que en los centros educativos se imparta coeducación y se trabaje para detectar y corregir actitudes machistas, misóginas y violentas? ¿es que no vemos que ya no hay hueco, que los protocolos predicando la doctrina queer lo acaparan todo? 

Pues yo hago mías las palabras de otra perversa feminista: “Pisoteáis al feminismo, legisláis para una tribu urbana, no derogáis la ley mordaza (y yo apostillo: añadís otra mordaza más para castigar a quienes disentimos del sexoplanismo) ¿y nos pedís el voto?”.

También hay fans más morigerados que incluso reconocen la misoginia de este Gobierno, pero aseguran que la culpa es de UP. No es que puedan negar que el PSOE tenía mayoría en el Ejecutivo y en las Cortes, pero, vete tú a saber por qué arte de magia, certifican que la culpa no es suya. Dicen que es que les tuvieron que dar ese Ministerio ¿y por qué no les dieron el del ejército, por ejemplo? con lo que molaría ver a Pam desfilando ante las tropas…

Otros y otras apelan al bien conocido chantaje: si no les votamos, va a ser peor… Y lo asombroso es que surte bastante efecto. 

En el caso de las mujeres, llueve sobre mojado: estamos socializadas para que seamos fieles, perdonemos, comprendamos, demos siempre otra oportunidad. No nos queda más remedio, pues ya lo dice la canción: “¿Qué voy a hacer si soy mujer y sé querer?”.  

Las devotas creen, además, que estos partidos tienen, en el fondo, un alma feminista (muy en el fondo, claro). Así, el PSOE tampoco en esta legislatura le ha metido mano a la prostitución, pero ellas esperan que algún día, en algún siglo venidero, lo hará …

Aunque como les indica otra perversísima feminista: “No lloréis, aplicaos la ley trans que legisla que lo importante no es la realidad material y constatable sino los sentimientos, así es que, aunque perdáis, podéis sentiros ganadores. Y tan contentos”.

En fin, hay que reírse un poco ¿no?

Nota al pie: me pregunto si ahora que Beatriz Gimeno ha perdido el escaño, recordará que se oponía a la prostitución y volverá a predicar y escribir en contra. 

@Pilaraguilarca

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