Llamamiento al pueblo

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¿De verdad que el único argumento del PP es ETA? Lo cierto es que aún le sacan partido y lo hacen porque despierta lo más profundo y primitivo que tenemos: la víscera. Es el único argumento que puede esgrimir un votante del PP dado que no posee ningún otro. En cualquier país de nuestro entorno eso sería admitir que un determinado partido político está en las últimas, pero es que estamos en España. Y la víscera y no la razón es el gran problema de nuestro país.

Y este país es una gran escombrera. No se me enfaden, en realidad el escombro no es el sistema en sí, marchito y poseído por la ira institucionalizada del fascismo; ni la clase dirigente totalmente lobotomizada por el poder norteamericano y la élite nazi europea; ni siquiera el caduco sistema de partidos que han venido a salvar tanto VOX como PODEMOS; no, el escombro somos nosotros, los ciudadanos españoles que no salimos a la calle a acabar con esta farsa y para eso, al parecer, no tenemos víscera.

Vamos a escuchar durante toda la campaña absurdeces y medias verdades, calumnias y tergiversaciones, programas y cebos para captar el voto de los desafectos del sistema. No se apuren, gane quien gane nada cambiará. Usted seguirá con los mismos problemas. No llegará a fin de mes, la educación pública seguirá siendo subastada al mejor postor, la sanidad dejará de ser universal y el apoyo a un régimen nazi (20.000 millones de € le hemos dado ya) como el ucraniano será decidido decidido fuera de nuestro ámbito. Todo será decidido fuera de nuestro país porque ya no somos un país libre, somos un país ocupado por los norteamericanos. Vamos, una colonia.

¿Y qué debemos hacer los ciudadanos? Acabar con el sistema. Acabar con la plutocracia. Destruir a los partidos afines al régimen. No votarles más. A lo sumo, puede usted votar a agrupaciones vecinales. Son los únicos que guardan la esencia de la democracia porque han sido creados para ese fin. Pero sigamos con lo que quería decirles. El PP ha querido entrar en campaña esgrimiendo el único argumento que posee, ETA. Lo hacen porque no tienen nada más. Recuerden la carta de Ayuso en las pasadas elecciones: “Libertad”. No saben hacer nada más. Otros partidos, no mucho mejores que el PP, al menos lanzan dardos a la ciudadanía. Pequeñas píldoras para sondear por dónde respira la gente. Hacen su trabajo y lo hacen muy bien. Si se habla de vivienda hablan de avales, aunque no sirvan más que para crear confusión y para subir el precio de la vivienda, dejan constancia de que, efectivamente, están escuchando los problemas de la gente. Son grandes captadores de sueños. Lo hacen en realidad para arrebatárnoslos. El PSOE jamás legislará en contra de sus amos. Ni el PP, ni PODEMOS, ni ninguno de los que van a representarnos en este baile de delincuentes en que se ha convertido nuestra democracia.

Asistiremos una vez más a la gran ordalía de los dimes y diretes, de las ofertas descabelladas, de los brindis al sol. Esta es la gran ceremonia de la mentira. Tiro en el pie de la democracia. No les creáis una sola palabra. Son actores, no políticos. Son personajes ficticios, seres contratados por el sistema para hacer el siguiente favor a la gran banca, a los jefes del IBEX35, a los florentinos y los ortegas de turno. No hay Democracia en esta democracia. Es una venta de acciones, un surtido de promesas vacías, un ramillete de orquídeas salvajes, una circuncisión en directo, pero es a nosotros, los electores, a quienes nos circuncidan, a quienes nos señalan, a quienes nos apuntan. 

Nada en este país es cierto. Vivimos dentro de un halo de nostalgia. Somos criaturas de la desafección porque no nos atrevemos a rebelarnos. Vivimos en lo posible sin intento, en la rabia más demoledora porque hemos caído en la trampa. Nos han asustado tanto que han conseguido desmotivarnos, desmoralizarnos y desmovilizarnos. Tan sólo bajo la perspectiva de una futura revolución podremos reponernos porque lo que consiguen con esas manidas consignas es que caigamos muy profundamente en la visión de que nuestros sueños revolucionarios son imposibles, son inconcretos, desteñidos, vaporosos, fútiles y no, no lo son. Las quimeras, las utopías, los sueños lo son porque se comparten. 

El sueño colectivo de justicia universal, la razón de posibilidad de concretarlo en el tiempo y en el espacio están dentro de nosotros. Permanecen en esa piel del pueblo que se sabe intacta, se sostienen en un ámbito difícil de describir, se concretan en pasados intentos. Por ello les invito a que, si tienen la posibilidad, voten a partidos municipales que luchen por algún bien concreto de su pueblo, el agua, la defensa de su futuro, el mejor acceso a la sanidad, las mejoras en las infraestructuras, son ejemplos de ello. Si no tienen esta posibilidad porque ustedes viven en una gran ciudad, voten a partidos marxistas porque necesitamos de ese tipo de carácter que es el carácter revolucionario y debemos luchar contra este mundo con las armas de la dialéctica marxista, el materialismo histórico y el comunismo científico. Si pese a todo no están ustedes contentos con estos partidos, voten ustedes a partidos feministas (he dicho feministas, nada de PODEMOS), son las representantes de la última frontera, los derechos de las mujeres y creo, además, que ellas deberían ser las protagonistas da le próxima revolución. 

Pero si aún consideran que ustedes no están representados, júntense con otros como ustedes, discutan sus acciones. Es prescriptivo que sepan que no están solas ni solos, que otros como ustedes abundan en los páramos de España. Mírense, reconózcanse, descúbranse como iguales. Sumen ustedes sus fuerzas y actúen, sobre todo actúen en consecuencia. Creen ustedes una asociación para defenderse de los de siempre. Mírense a los ojos y álcense con toda la fuerza del grupo, del colectivo, del pueblo. Cuando un ser humano se da cuenta del poder de la masa ya nunca más se siente solo porque el alma de los luchadores no está hecha para la derrota y esa derrota es la que están intentando inculcarnos a fuego día a día con noticias nefastas y con la sensación de que es imposible o resulta infructuoso cambiar las cosas. No les creáis. Hacedlo vosotras mismas. Cuando un ser humano alza su voz y nota que otros como él o como ella le escuchan, ya nunca más se acogerá al silencio y de ese silencio debemos defendernos.

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