La visita del mandatario brasileño a China refleja las muchas novedades que tendrá el nuevo Gobierno de Lula en el futuro próximo para el Sur global.
El primer evento de importancia mundial dentro de su visita a China ha sido su asistencia a la ceremonia oficial en Shanghái de la toma de posesión de Dilma Rousseff como nueva presidenta del NBD, (Nuevo Banco de Desarrollo) cuyos créditos están orientados principalmente a proyectos de infraestructura, el popularmente conocido como Banco BRICS, que con la nueva dirección proyecta dar un nuevo impulso al grupo de países conformado por Brasil, China, India, Rusia y Sudáfrica que estuvo oscurecido durante el gobierno de Bolsonaro.
Desde su establecimiento en julio de 2015, el NBD ha aprobado 80 proyectos por un valor aproximado de 30 mil millones de dólares estadounidenses en los países miembros, cubriendo áreas como energía limpia, transporte, desarrollo urbano, recursos hídricos y salud, infraestructura social e infraestructura digital, apoyando proyectos de infraestructura que abarcan cuatro continentes.
La importancia de los BRICS radica en que representan el 31,5% del PIB per cápita mundial, mientras que la cuota del G7 ha caído al 30%, en la escala mundial China es la mayor economía, India la tercera, Rusia la sexta y Brasil la octava.
Además el comercio bilateral entre los países BRICS también ha crecido con fuerza: el comercio entre Brasil y China ha batido récords cada año y alcanzó los 150.000 millones de dólares en 2022; entre Brasil y la India, se produjo un aumento del 63% de 2020 a 2021, alcanzando más de 11.000 millones de dólares; Rusia triplicó las exportaciones a la India de abril a diciembre de 2022 en comparación con el mismo período del año anterior, ampliándose a 32.800 millones de dólares; mientras que el comercio entre China y Rusia saltó de 147.000 millones de dólares en 2021 a 190.000 millones en 2022, un aumento de alrededor del 30%.
Y sobremanera el conflicto militar de Ucrania ha acercado a dos de sus integrantes, China y la Federación Rusa nunca han estado tan alineadas, con una “asociación sin límites”, como se desprende de la reciente visita a Moscú del presidente Xi Jinping a Moscú. India no sólo se ha negado a ceder a las presiones de la OTAN para condenar a Rusia por el conflicto o imponerle sanciones, sino que se han incrementado sus intercambios económicos en materia energética y parece más comprometida con la estrategia de cooperación del Sur Global.
Tras la XIV Cumbre virtual del BRICS de junio de 2022 se reforzó la idea de ampliar el grupo y se espera que este año se incorporen más países al BRICS. Argentina, Argelia e Irán ya han solicitado oficialmente unirse al grupo, y varios otros están considerando públicamente la posibilidad de hacerlo, entre ellos Indonesia, Arabia Saudí, Turquía, Egipto, Nigeria y México.
Alternativas al dólar que ofrecen los BRICS
Los instrumentos de suma importancia para llevar a cabo por parte de los BRICS en cerca de 30 áreas de cooperación se firmó el tratado constitutivo durante la VI Cumbre que las cinco naciones celebraron en Fortaleza (Brasil) en julio de 2014 bajo el tema: «Crecimiento integrador: soluciones sostenibles».
a) El Nuevo Banco de Desarrollo (NDB) que tiene como objetivo financiar diversos proyectos de desarrollo – con énfasis en la sostenibilidad – y considerado como una posible alternativa al Banco Mundial dominado por EEUU
El NDB tendería a desdolarizarse, realizando más operaciones con las monedas de sus cinco miembros. Por ejemplo, de los 32.800 millones de dólares de proyectos aprobados hasta ahora en el NDB, alrededor de 20.000 millones eran en dólares, y aproximadamente el equivalente a 3.000 millones era en euros. Sólo 5.000 millones estaban en RMB y muy poco en otras divisas.
b) La creación del CRA (Acuerdo de Reservas Contingentes) que podrá ser utilizado por los miembros del BRICS frente a «contingencias financieras» y considerado como un fondo alternativo a la dictadura del FMI.
El fondo estará dotado con 100.000 millones de dólares, de los que China aportará 41.000 millones de dólares; Rusia, Brasil e India 18.000 millones cada uno y Sudáfrica los 5.000 millones restantes.
Cuando las reservas internacionales de un país se quedan sin dólares (y ya no puede comerciar con el extranjero ni pagar sus deudas externas), se ve obligado a pedir un rescate al FMI, que aprovecha la desesperación y la falta de opciones del país para imponer paquetes de austeridad con recortes en los presupuestos estatales y los servicios públicos, privatizaciones y otras medidas de austeridad neoliberal cuyo ejemplo más actual es la situación actual de Argentina. Desde su fundación el FMI ha sido una de las armas de los EEUU y la UE para garantizar la implantación del neoliberalismo en los países del Sur Global.
Países como Argentina, Sri Lanka, Pakistán, Ghana y Bangladesh se encuentran en una mala situación. Si pudieran acceder al CRA, con mejores condiciones para devolver los préstamos, esto supondría un avance geopolítico para los BRICS, que empezarían a demostrar su capacidad para construir alternativas a la hegemonía financiera de EEUU y la UE.
La creación de ambos organismos financieros supone un desafío al control de Occidente en las finanzas mundiales moldeadas hace siete décadas en Bretton Woods, la cita de 1944 en la que nacieron el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM).
c) El proyecto de la moneda de reserva R5 para crear una moneda de reserva propia para los cinco países, que podría basarse en el oro y otras materias primas. El proyecto se llama R5 por la coincidencia de que todas las monedas de los países BRICS empiezan por R: renminbi, rublos, reales, rupias y rands. La idea fue lanzada por el Valdai Club en 2018. La idea es crear una canasta de monedas como los DEG (Derechos Especiales de Giro)[1]
Como señala Lissovolik, jefe del departamento analítico del negocio corporativo y de inversión de Russian Sberbank: “a la larga, la moneda R5 BRICS podría comenzar a desempeñar el papel de liquidaciones/pagos, así como el depósito de valor/reservas para los bancos centrales». Asi mismo explica que elegir las monedas nacionales BRICS tiene sentido porque “se encuentran entre las monedas más líquidas de los mercados emergentes». La participación del yuan chino podría establecerse inicialmente en un nivel relativamente alto para aprovechar el estado de reserva avanzada de la moneda china. Hay candidatos potenciales que podrían formar parte de la cesta de divisas R5 que serían el dólar de Singapur y el dirham de los Emiratos Árabes Unidos.
El tema de la creación de una moneda de reserva de los BRICS ha cobrado particular importancia en los últimos meses, luego de que el presidente Putin dijera que se está discutiendo la creación de dicha moneda.
El mecanismo de la canasta de monedas de reserva de los BRICS reducirá parcialmente la volatilidad del uso de monedas de mercados emergentes, al promediar la dinámica del tipo de cambio de las monedas que siguen diferentes tendencias del mercado. Las monedas de Rusia, Sudáfrica y Brasil siguen el ciclo de las materias primas, mientras los importadores de materias primas como India y China el opuesto. El lanzamiento de una nueva moneda de reserva tendrá un impacto significativo en el sistema financiero internacional. Los bancos centrales de la economía global están experimentando una marcada escasez de monedas de reserva cuando administran sus activos de reserva.
Actualmente, una de las principales batallas estratégicas para el Sur Global es la creación de alternativas a la hegemonía del dólar. Como confesó el senador republicano estadounidense Marco Rubio a finales de marzo, los Estados Unidos perderán cada vez más su capacidad de sancionar a los países si éstos disminuyen el uso del dólar. Casi cada semana se produce un nuevo acuerdo entre países para eludir el dólar, como el anunciado recientemente por Brasil y China. Este último ya tiene acuerdos similares con 25 países y regiones.
[1] DEG: activo de reserva internacional con el auspicio del FMI. Inicialmente creados para apoyar el sistema de paridades fijas de Bretton Woods. Tras derrumbarse el sistema de Bretton Woods en 1973, el Derecho Especial de Giro (DEG) se redefinió en base a una cesta de monedas que actualmente está integrada por el dólar, el euro, la libra y el yen.
