El Ártico la próxima frontera en la nueva Guerra fría

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Ubicado geoestratégicamente, con recursos naturales rentables, el Ártico se está convirtiendo en una zona militarizada en la nueva guerra fría, disputada por EEUU y su brazo armado la OTAN, Rusia y China.

El Ártico, con sus 19 cuencas geológicas, zona en gran parte pacífica, albergando investigación científica internacional cooperativa se está convirtiendo rápidamente en una localización de poder militarizada. El deshielo presenta tres rutas de navegación, la que pasa por el Norte de Canadá (NWR), la NSR «Northern Sea Route» que bordea en norte de Rusia y la transpolar, la que pasa por el Polo Norte, que previsiblemente no estará disponible hasta 2030 durante periodos limitados de tiempo, pudiendo evitar los estrechos y las aguas relativamente poco profundas de las otras dos rutas.

Hoy día naciones fuertemente armadas rodean el Océano Ártico que se está derritiendo, en un entorno inestable de recursos naturales accesibles y pasajes marítimos en disputa. Quien controle el Ártico tiene ventaja para controlar tres continentes, dos océanos y a las mayores potencias del hemisferio Norte.

En febrero, EEUU lanzó ejercicios militares en el Ártico de un mes de duración poco publicitados que reúnen a más de 10.000 militares del bloque de la OTAN: Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Holanda, Dinamarca, Noruega y Finlandia (ésta última en proceso de adhesión).

El Comando Europeo del Pentágono (U.S. Army Europe and Africa) describió los ejercicios, denominados Arctic Forge 23 (16 de febrero al 17 de marzo de 2023) Lokal Defense Exercise North(24 febrero -3 marzo en la región de Laponia)y Joint Viking (norte de Noruega en marzo de 2023) como una forma de «demostrar preparación mediante el despliegue de una fuerza creíble en combate para mejorar el poder en el flanco norte de la OTAN». Los ejercicios reúnen a más de 10.000 militares del bloque de la OTAN Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Holanda, Dinamarca, Noruega y Finlandia (ésta última en proceso de adhesión).

El Ministro de Defensa de Finlandia, Antti Kaikkonen declaró que: «Finlandia está participando activamente en la cooperación de ejercicios internacionales. Esto está sucediendo en respuesta al deterioro de la situación de seguridad y fortalece la defensa de Finlandia y mejora la preparación para unirse a la OTAN»

En el Ejercicio de Defensa Norte de Finlandia participarán elementos de la 10.ª División de Montaña, la 11.ª División Aerotransportada y la Guardia Nacional del Ejército de Virginia participarán en un entrenamiento intensivo en el Ártico, así como en un ejercicio de entrenamiento de campo de varios días con el Ejército finlandés. Unidades de la 11.ª División Aerotransportada realizarán un tránsito casi sobre el Polo desde Alaska a Finlandia.

El ejercicio Joint Viking de Noruega albergará a 700 infantes de marina de la II Fuerza Expedicionaria de la Marina y 200 soldados del U.S. Army Europe and Africa

Islandia

Según informa el U.S. Stratcom (Comando Estratégico de EEUU, uno de 9 comandos unificados en el Departamento de Defensa) recientemente llegó a Islandia[1] el Boeing E-6 Mercury, avión destinado a servir como puesto de mando máximo en caso de guerra nuclear [2]. Se utiliza para la comunicación con submarinos nucleares de propósito estratégico que sirven como portadores de misiles balísticos intercontinentales. Estos son los submarinos de la clase Ohio. Cada submarino puede tener a bordo hasta 24 misiles Trident II D5, capaces de transportar ojivas nucleares.

Las implicaciones de Noruega

La Armada noruega tiene un largo y turbio historial de cooperación con la inteligencia estadounidense en operaciones encubiertas como describe Seymour Hersh en su artículo: «From the Gulf of Tonkin to the Balt Sea», el país nórdico es básico para las maniobras «Cold Response” (respuesta al frío) que tienen lugar en territorio noruego y en parte en el Atlántico y Ártico. En 2022 participaron en ellas unos 14.000 soldados de Tierra, 8.000 marineros y 8.000 de fuerzas aéreas. Las Fuerzas Armadas noruegas tienen experiencia y conocimiento sobre cómo sobrevivir y realizar operaciones militares en climas fríos a través del Centro de operaciones Cold Weather Operations, proveedor y coordinador de experiencia y capacidades en el área de Operaciones en Clima Frío en la OTAN.

Este centro de excelencia proporciona apoyo anual a las operaciones especiales de la OTAN en coordinación con el ACT, Allied Command Transformation (Comando Aliado de Transformación) de la OTAN que coordina educación, entrenamiento y ejercicios, así como la realización de experimentos para evaluar nuevos conceptos, y promover la interoperabilidad de la OTAN. El ACT dirige 3 comandos subordinados: el JWC, Joint Warfare Centre (Centro de Guerra Conjunta) en Stavanger (Noruega), el JFTC, Joint Force Training (Centro de Entrenamiento de Fuerzas Conjuntas) en Bydgoszcz (Polonia) y el JALLC, Joint Analysis & Lessons Learned Centre (Centro Conjunto de Análisis y Lecciones Aprendidas) en Monsanto (Portugal).

El showbusiness

La industria del entretenimiento es copartícipe en el proceso de fabricar «sentido común» y naturalizar estereotipos hollywoodienses sobre futuros procesos bélicos, el 2 de junio de 2022 aterrizó en Netflix la serie danesa llamada «Borgen: Power & Glory» que hace exactamente eso, rusos y chinos se convierten en la primera amenaza tanto para Dinamarca como para Groenlandia, revelando la creciente importancia del Ártico como un «punto geopolítico en la política mundial«. La siniestra representación de una empresa china de minería al sur de Groenlandia en la serie recrea el temor de la presencia real de China en el Ártico.

El cambio climático afecta la geopolítica del Ártico y la conectividad comercial de la UE con China. La navegabilidad del Océano Ártico, debido a su deshielo, acorta en gran medida la ruta comercial de la Ruta de la Seda Polar con Europa.

China

China quiere estar presente en el Ártico para la importación de recursos de hidrocarburos y minerales, como socio estratégico de Rusia y para conectar con el mercado europeo y transatlántico navegando a través de la NSR (Northern Sea Route), que es el derrotero más corta entre los mayores mercados europeos, transatlánticos y la región del Asia-Pacífico. La distancia se acorta en unas 3.000 millas náuticas respecto al paso por el canal de Suez y ofrece una alternativa al Estrecho de Malaca donde los buques de guerra estadounidenses podrían bloquear en caso de conflicto.

De hecho, en 2012, un rompehielos chino hizo un tránsito completo a través del Ártico hasta Islandia. Y en 2023, China probó su tercer viaje, demostrando su capacidad comercial y mejorando la cooperación científica entre los dos países. El interés de China es evidente: El 80 % de sus importaciones de petróleo pasan a través del estrecho de Malasia, lo cual presenta una vulnerabilidad si alguna otra potencia consigue cerrarlo. Las exportaciones a Europa deben pasar por el canal de Suez o bien por el tren de mercancías de la Ruta de la Seda terrestre desde Yiwu en China.

Si bien China no es en sí misma un estado ártico, ha presentado sus reclamos en términos internacionales en su Política ártica de 2018: “La situación del Ártico ahora va más allá de sus estados interárticos originales o su naturaleza regional, y tiene una relación vital con los intereses de Estados fuera de la región… con implicaciones globales e impactos internacionales”.

Beijing reclama también “derechos con respecto a la investigación científica, navegación, sobrevuelo, pesca, tendido de cables y tuberías submarinos en alta mar y otras áreas marítimas relevantes en el Océano Ártico, y derechos a la exploración y explotación de recursos en el Área”.

Rusia

Del lado de la Federación Rusa el camino más corto entre los mayores mercados europeos y la región del Asia-Pacífico se encuentra a través del Ártico. La distancia se acorta en unas 3.000 millas náuticas respecto al paso por el canal de Suez, ahorrando entre 10 a 15 días. Un ahorro enorme. Rusia lo considera como su “bajo vientre”, donde se siente más vulnerable militarmente. Aquí las dos prioridades son, en primer lugar controlar y proteger la NSR (Northern Sea Route) y en segundo defender Rusia de las aproximaciones desde el Polo Norte. Si Finlandia y Suecia se unieran a la OTAN, Rusia se enfrentaría a una falange de oponentes en el Consejo Ártico y sería rodeada por el norte y el oeste por fuerzas hostiles atlantistas, de ahí que imbuya una visión militar del tráfico marítimo ártico. No es para menos, es clave para el Kremlin su administración, desarrollo, protección y sus recursos de importancia económica, ya que los territorios árticos suponen la décima parte del PIB de Rusia y un 20% de sus exportaciones.


[1] Islandia es uno de los 8 países que forman parte del Consejo Ártico, foro intergubernamental que engloba a Rusia, EEUU, Canadá (Territorios del Noroeste, Nunavut y Yukón), Dinamarca (Groenlandia e Islas Feroe), Noruega, Finlandia, Suecia e Islandia.

[2]«El avión del día del juicio final”, la nave más letal de Estados Unidos

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