Desalojo del asentamiento El Walili

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Artículo: Bazterrak. Vídeo: Ángel Hernández.

Hemos asistido al desalojo del asentamiento El Walili, que estaba ubicado en el camino hacia el parque natural de Cabo de Gata. Era una vista molesta para los turistas, los señoritos y el consistorio de Níjar en Almería. Hoy ya no es noticia.

El desalojo ordenado por la alcaldesa del PSOE, Esperanza Pérez, que prometió un plan de realojo para las 450 personas que malviven en este asentamiento, apenas ha sido capaz de ayudar a que esta situación sea lo menos humillante posible. Tan solo fue promesa electoral a sus votantes que ya está cumplida, que las elecciones están a la vuelta de la esquina.

Níjar es ciudad turística por excelencia, buen clima, mucha vivienda turística y 6500 hectáreas de invernaderos que producen alimentos para la despensa de Europa. El modelo hortofrutícola ha crecido desde los años 80 sin control, teniendo en cuenta que ya desde 1998 se riega con agua desalada y los expertos llevan años advirtiendo que este modelo es insostenible. Las plantaciones sólo son rentables para los terratenientes, la riqueza generada se queda en los bolsillos de unos pocos y perjudica al resto de la sociedad de este municipio almeriense.

Una ciudad que acarrea un déficit en vivienda no turística desde hace años, por lo que una persona autóctona tiene casi imposible encontrar vivienda en alquiler. Tienen una de las rentas per cápita más bajas del estado español, en Níjar se refleja una vez más el capitalismo y la avaricia de unos pocos.

Esto empuja a los trabajadores y trabajadoras del campo contratadas en origen a malvivir en chabolas, teniendo que soportar además el racismo y la xenofobia de sus vecinos. 

Las contrataciones en origen, tienen condiciones laborales y de alojamiento que los empresarios casi nunca respetan. Este es el esquema de migración controlada para ser esclavos en los campos, abandonados y despojados de sus derechos humanos, expulsando El Walili de la vista incómoda, aunque se permita la existencia de otros asentamientos que están escondidos a la vista de todos. Reflejo de una ciudad devorada por el capitalismo y la desidia de muchos.

Es la Junta de Andalucía la que está dispuesta a acabar con las infraviviendas de los temporeros y temporeras, pero sin facilitar alternativas de alojamiento. 

Y así, una situación de desalojo pasará en unos días al olvido y ninguna institución o empresario hará nada por mejorar la situación de los y las trabajadoras de Almería y Huelva.

Aun así, tenemos este testimonio en vídeo realizado por Ángel Hernández en colaboración con Plataforma Derecho a Techo, Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, el Sindicato Andaluz de Trabajadores y Nación Andaluza. Grabado en Níjar, Almería, el 30 de Enero de 2023.

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