Recomendación para los Reyes de 2023

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Como he hecho desde que comenzó esta columna quiero hacerles un consejo navideño para sus regalos de Reyes. En esta ocasión permítanme recomendarles una novela y un autor que toda persona con simpatías izquierdistas o socialistas deberían conocer. Paradójicamente es un autor que cultivó muchos temas que tradicionalmente se han vinculado a pensamientos tradicionalistas o conservadores, como la aventura clásica, los «buenos salvajes», la realización del individuo, etc. Les estoy hablando de Jack London.

Este escritor norteamericano tuvo una llegada al socialismo bastante curiosa, y desarrolló una visión muy particular del mismo. Para entenderla deberán conocer un poco de su biografía. Nació en 1876 en una familia desestructurada de la ciudad de San Francisco y no está claro ni si sus padres llegaron a estar casados. En todo caso creció en ausencia de una figura paterna y prácticamente se autoeducó a base de lecturas en la biblioteca pública, al tiempo que los esfuerzos de su madre por sacarlo adelante le inculcaron un respeto hacia las mujeres que mantuvo durante toda su vida, siendo muy sensible a la situación de maltrato e inferioridad legal que sufrían en su época. El hombre es el único animal que maltrata a su hembra, llegó a afirmar con amargura.

Además, fue un gran aficionado al boxeo. De sus lecturas y del pugilismo extrajo un fuerte sentimiento individualista que le llevó a alistarse en muy diversos trabajos, y a viajar a muchos lugares: se hizo marino, se enroló para buscar oro en Alaska y el gran norte, etc. De aquí surgieron otros pilares en su pensamiento: la curiosidad y preocupación por la naturaleza y el conocimiento de nuevas culturas, especialmente los indígenas del pacífico o los amerindios del gran norte, aunque debemos reconocer, que si bien podía considerársele como adelantado a su tiempo en cuanto a las mujeres, su visión racial estuvo siempre impregnada del pensamiento supremacista blanco que imperaba en su época. De estas experiencias hay muchos libros suyos muy recomendables, como Colmillo Blanco, sus Cuentos de los mares del sur, La llamada de lo Salvaje, El Lobo de Mar, etc.

Pero lo importante para el artículo que nos ocupa: la dureza de los trabajos que realizó le llevó a implicarse muy profundamente en la lucha obrera y a desarrollar un pensamiento eminentemente socialista, aunque como decíamos con una visión muy particular del mismo, ya que nunca dejó de considerarse un individualista. De hecho, Jack London creía que lo bueno del socialismo sería crear las condiciones para que cada individuo pudiera desarrollar sus capacidades.

Esta visión es discutible, pero lo que no admite duda es que London se implicó con el socialismo hasta el punto de que llegó a estar treinta días en el calabozo en la ciudad de Buffalo, experiencia que le horrorizó y que siempre recordó con angustia, y se despedía cuando escribía una carta con la frase suyo para la revolución.

Todo esto nos lleva a la novela que quiero recomendarles. Se trata de El talón de hierro, donde en fecha tan temprana como 1908, Jack London anuncia todo el recorrido de la lucha de clases y el socialismo en el siglo XX. La novela narra el imaginario manuscrito de la mujer de un predicador de dicha centuria ―algo ya en cierto modo rompedor, puesto que London sorprendió a todos poniendo una voz femenina para relatar la historia― encontrado por unos investigadores en el año 2600. En el mismo esta mujer nos describe la lucha de clases desde el siglo XIX hasta el año 1984 donde finalmente se establece el orden socialista. Es escalofriante ver cómo London es capaz de prever todas las artimañas del conglomerado capitalista, que en la novela recibe el nombre de «Talón de hierro», para echar abajo todos los intentos de cambios sociales: anticipa los sindicatos amarillos tipo el Solidaridad de Lech Walesa, los atentados de falsa bandera, la prensa a sueldo del sistema, los diferentes avances en aspectos simbólicos pero manteniendo el orden establecido, etc. London también nos muestra como algunos integrantes de las clases altas en ciertos momentos muestran cierta compasión hacia los desfavorecidos y cómo son inmediatamente calumniados, degradados y destruidos por el resto de su capa social. Una historia que todo estudioso del socialismo conoce bien, aunque por desgracia en la vida real no logramos instaurar la sociedad comunista en los 80, más bien al revés, en esta década asistimos al derrumbe del bloque socialista europeo.

De todas formas, ahora que en Sudamérica, en Asia y en otros lugares parecen resurgir los movimientos socialistas, El talón de hierro nos puede volver a ilustrar, y en ella reconoceremos tácticas que inmediatamente nos remiten al lawfare, a los golpes de estado tanto duros como blandos, etc.

Para terminar, cabe recordar que el año en que London situaba el advenimiento de la sociedad comunista era 1984, lo cual les remite inmediatamente a otra conocida novela de distopía políticosocial, ¿verdad? No es casual. La novela de Orwell tan publicitada durante la «guerra fría cultural» escoge este año por ser la fecha que aparece en El talón de Hierro. Sin embargo, como siempre, les sugiero que comparen entre sus allegados cuántos conocen la novela de Orwell y cuantos la de London. Pregúntense por qué sucede esto, y de paso, si El talón de hierro sería una buena petición a sus majestades de Oriente.

Por parte de este villano de Madrid solo queda desearles un muy feliz 2023.

Jack London escribiendo en la naturaleza, una imagen muy evocadora de su personalidad y de su obra.

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