Las incongruencias suscitadas por el conflicto en Ucrania están logrando normalizar el esperpento como parte del paisaje de la actualidad informativa. Es ahora el embajador de este país en España quien, con motivo de los cien días de lo que consideran «inicio de la invasión», ha soltado la última perla.
El diplomático aseguró que las más de 200 toneladas de armamento enviadas por el Gobierno de España son bienvenidas y se agradecen, pero son insuficientes. «Estamos agradecidos, pero no podemos decir que estemos satisfechos», manifestó, pues han servido sólo «para dos horas de combate».
Se llega a solicitar, además, el envío de los tanques Leopard que España posee. El representante ucraniano aplaude la posición del Ejecutivo de Sánchez y elogia no percibir «simpatías prorrusas» en la política española. Agradece la disposición de acoger a un buen número de refugiados. Pero el conflicto ha entrado en una fase de «guerra duradera» y se pide a España un mayor esfuerzo, pues presenta «uno de los menores índices de ayuda a Ucrania en relación con su presupuesto militar».
En la misma línea de ilógicas medidas, cuyas razones veladas quizás debamos descubrir bajo intereses económicos, la UE adoptó el sexto paquete de medidas contra Rusia.
En ese nuevo paquete se prohíbe la compra, importación o transferencia de petróleo crudo de Rusia. La medida será escalonada y se prevé en seis meses para el suministro de petróleo y en ocho para sus derivados. El embargo se refiere a los envíos por vía marítima aunque se mantiene el que se recibe por tuberías.
Otros tres bancos, Sberbank, Moscow Credit Bank y Rosselkhozbank serán desconectados del sistema SWIFT y los fondos invertidos en acciones de inversores rusos serán congelados.
En relación a estas medidas sancionadoras, el titular de la Unión Africana (UA) y presidente de Senegal, Macky Sall, solicitó ayer que se retiraran las restricciones que impiden la exportación del trigo y los fertilizantes rusos. Reunido con el presidente ruso, Vladímir Putin, Sall advirtió que esas sanciones están cortando el acceso a los países africanos al grano, en especial al trigo de Rusia y a los fertilizantes.
Tras la reunión, Sall manifestó en redes sociales oficiales que «el presidente Putin nos ha expresado su disponibilidad para facilitar la exportación de cereales ucranianos. Rusia está lista para asegurar la exportación de su trigo y fertilizantes».
Por su parte, Vladímir Putin, declaró también que son los países occidentales los que están tomando medidas que empeoran la crisis alimentaria en el mundo.
Según explicaciones del presidente ruso, el aumento de los precios del gas llevó al incremento de los precios de los fertilizantes: «cuando se inició nuestra operación militar, los llamados ‘socios europeos, estadounidenses’ empezaron a tomar medidas que agravaron la situación en este sector: tanto alimentario, como de los fertilizantes». A causa de esas restricciones, los fertilizantes de Rusia y Bielorrusia no llegaron al mercado europeo, lo que provocó el incremento de los productos.
«Nuestros socios cometieron un montón de errores y ahora buscan a quién culpar -aseguró Vladimir Putin-, y por supuesto el candidato más cómodo es Rusia».
