En un paso más hacia la normalización de las relaciones entre la entidad sionista, Israel, y la inmensa mayoría de los gobiernos árabes de Oriente Medio, el primer ministro israelí, Naftali Bennet, partió este lunes hacia Baréin, en su primera visita oficial anunciada.
La Oficina de Bennet informó que el primer ministro se reuniría con el rey de Baréin, Hamad Bin Isa Al Khalifa, así como con el príncipe heredero y primer ministro de Baréin, Salman Bin Hamad Al Khalifa, y que discutirían distintas estrategias para fortalecer las relaciones entre ambos países.
Cabe señalar que el ministro de guerra sionista, Benny Gantz, llegó a principios de febrero en un avión perteneciente a las fuerzas aéreas sionistas a la capital de este país del Golfo Pérsico, Manama, también en su primera visita oficial. El resultado de esa visita ha sido la formalización de una mayor cooperación entre ambos países en diversas áreas: inteligencia, entrenamiento militar, e industria de defensa entre otras.
No obstante, no deja de llamar la atención la normalización de relaciones de seguridad entre un país que no puede defenderse, al no tener un ejército numeroso ni poderoso, ni cuenta con una industria militar, con una entidad que tiene uno de los ejércitos más sofisticados, fuertes y armados del mundo. Si bien, esto indica claramente cuál es la naturaleza de esta cooperación entre Baréin y la entidad sionista, ya que el reino en realidad no representa ninguna importancia estratégica, más allá de unirse al listado de logros estratégicos para la normalización sionista en todo el mundo árabe.
El inicio de estas conversaciones entre Israel y Baréin tuvo lugar en septiembre de 2020, mediante una llamada telefónica entre el entonces presidente estadounidense Donald Trump, el actual rey de Baréin, y el primer ministro israelí en ese momento, Benjamin Netanyahu.
