Este contenido forma parte del especial #EnDefensaDeLaRevolución que desde El Común hemos lanzado para arrojar luz en las tinieblas informativas sobre los sucesos que están ocurriendo en Cuba. Defender la Revolución y su legado, frente a aquellos que hacen uso de la mentira para intentar tumbar un sistema es nuestro granito de arena en esta desigual batalla contra los mass media.
Estamos viviendo una vez más como el imperialismo se vuelca en una campaña contra Cuba y el legítimo gobierno del pueblo cubano. Parece que el contexto de la pandemia del COVID-19 ha dado a unos cuantos la miserable oportunidad de atacar la soberanía y capacidad de autonomía de un pueblo que ya lleva demasiados años bajo el genocida bloqueo de EEUU.
A pesar de vivir constantemente en ese bloqueo, el pueblo cubano nos ha dado una enorme lección de solidaridad durante esta crisis sanitaria, exportando un sistema de salud que representa el triunfo de la revolución cubana. Con dificultades para accedes a determinados productos, con sanciones terribles que nos afectan a toda la humanidad – sí, a toda la humanidad, porque quien piense que sólo afecta a quienes allí residen, es porque sencillamente no quiere ver lo que tiene delante de sus ojos – con tantísimo en contra, sus profesionales sanitarios se han desplazado a todas las partes del mundo para luchar contra la pandemia, ofrecer su amplia experiencia en gestión de crisis sanitarias, y de prevención de riesgos. Y por si todo eso fuera poco, han sido capaces de apostar por la ciencia, la investigación y la innovación, y desarrollar una vacuna con mayor efectividad de las conocidas hasta la fecha. Hechos, no palabras.
Esta claro que este nuevo intento de desestabilización responde a los mismos intereses de siempre. Ahora alegan algo tan irresponsable como que Cuba no acepta cooperación material, y cualquiera que decida informarse un poco sabe que se han organizado por parte de la solidaridad con Cuba una gran cantidad de campañas de recogida y envío de material. Aunque claro, si lo que se eliminara fuera el bloqueo sería mucho más beneficioso que cualquier campaña. Podría poner infinidad de ejemplos, pero por cercanía mencionaré la que actualmente tiene en marcha la Asociación Valenciana de Amistad con Cuba José Martí, inmersa ahora en la campaña de compra de jeringuillas para facilitar la vacunación en la Isla.
No deja de sorprender el agravio comparativo que supone respecto a tantísimos otros países. No se ha solicitado la “intervención humanitaria” en – por ejemplo – Brasil, o Colombia, a pesar de que estén matando a líderes indígenas, o que tengan cifras mucho más escandalosas en el ámbito sanitario, o que su represión se salde con decenas de muertos por el narcogobierno de Duque.
Pero claro, venimos a dar lecciones sobre supuestas desapariciones quienes tenemos uno de los grandes récords mundiales de desaparecidos durante el franquismo. Quienes seguimos buscando bebés robados, o quienes callamos ante cunetas llenas.
Y acusamos de represión. Pero no a EEUU y su racista política policial. Pero no a Baréin o Arabia Saudí. Y por supuesto, como si fuéramos referentes para dar lecciones de garantía democrática. Porque muchos de nuestros condenados por delitos de opinión no dirían lo mismo.
En fin, algunos poderes mediáticos estarán más interesados en venderte unas enormes movilizaciones que no lo son, o en describirte una situación apocalíptica que buscará poner sus manos en Cuba y convertirla de nuevo en su patio de juegos. Pero no lo conseguirán, porque la firmeza y solidez de los valores de la revolución cubana, pese a quien le pese, llegaron para quedarse. Fidel es y será siempre eterno en las calles cubanas. El legado barbudo lo impregna todo. Porque triunfó el pueblo y eso, queridos y queridas, no se pierde.
