La lógica neoliberal

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El mundo en el que vivimos se rige por las reglas del capitalismo. No es nada nuevo ni nada que no sepamos. El mercado rige muchas de las decisiones que debemos de tomar en nuestro día a día. Y la energía que necesitamos utilizar en nuestra vida cotidiana no es la excepción.

Es inverosímil que un atropello de esta magnitud no sea debatido ni protestado por casi nadie. Un bien tan básico como la energía, necesaria para la mayoría de acciones que realizamos en nuestro día a día, se está convirtiendo en un bien de lujo, solo para aquellas élites capaces de poder afrontar un incremento de su precio continuado en el tiempo. Pero al fin y al cabo, es lo que nos ha quedado después de que nuestra clase política (PP y PSOE) haya malvendido nuestras empresas estratégicas. Esto no va de energía, ni del maldito recibo que millones de familias no pueden afrontar. Esto trata de que los bienes más básicos han sido privatizados, malvendidos y precarizados para que una pequeña élite de personas afortunadas hagan un negocio que deje al borde del abismo a un gran porcentaje de familias en España.

No me cabe en la cabeza que España sea líder en horas de sol y tengamos una de las energías más caras. Pero claro, nada importa, porque lo que cuenta es que haya compañías que estén forrándose a costa de expoliar a un pueblo que ya sinceramente, no puede más. Al boom de la crisis inmobiliaria, sumado a una economía basada en el turismo, con muy poco valor añadido así como una pandemia mundial se le suma que un servicio tan básico como la energía pasa a ser un bien para y por las élites.

Todo esto entra dentro de la lógica neoliberal porque para ellos nada importa más que su beneficio económico: las consecuencias medioambientales, las desigualdades que se acrecientan y la pobreza energética son cosas que a ellos sinceramente no les apetece visualizar. Son las consecuencias de un sistema que va en contra de su fuente de alimentación, que es el planeta.

Pero no dejo de quedarme perplejo. Como cada día, leo las noticias y escucho al equipo de personas que deben de velar porque la dignidad exista en este país. Los dirigentes del gobierno no han propuesto otra cosa que sea la bajada de IVA de un 21% a un 10% de IVA. La verdad que uno puede analizar estas decisiones de muchas maneras, y es cierto que es una medida de carácter urgente que sí puede aliviar la situación, pero para nada da una solución. Como siempre la situación pasa por bajar un impuesto que mermará la capacidad recaudatoria de nuestro maltrecho estado del bienestar y no por la creación de impuestos que graven la riqueza de estas empresas que hacen un negocio inmoral a costa de precios altísimos y sueldazos a las personas que componen los consejos de administración de las grandes eléctricas.

Sigo sin ver cómo nadie expresa de una manera seria y coherente que contra las empresas malvendidas y privatizadas por Felipe González y José María Aznar, que hacen negocio con nuestro bienestar, hay que combatirlas desde el sentido de lo público, desde lo común. Ahora más que nunca se hace imprescindible que se dé a conocer la alternativa de una empresa pública energética que haga frente a los sinsentidos de un mercado que quiere dejarnos fuera una y otra vez. Una empresa con precios controlados, precios asequibles y que utilice energía 100% verde es más que nunca un horizonte al que poder llegar, y no siendo visto actualmente como una utopía.

Contando que tenemos uno de los mercados laborales más precarizados, en el que el acceso a la vivienda es una jungla, donde muchos salarios siguen por los suelos, donde millones de horas extras no son pagadas… no podemos ahora sumarle un hándicap energético que nos prive y nos haga sumisos a un sistema que nos impone las horas a las que podemos poner una lavadora o encender el horno.

La solución no es para nada fácil, pero sí es muy clara: a las grandes corporaciones hay que decirles que con bienes básicos el negocio tiene que estar controlado. Las reglas del juego no pueden ser solo las suyas, la lógica neoliberal debe de ser domesticada para no morir en su espiral sin fin.

Aprovechando que tenemos el llamado gobierno progresista, sería muy interesante poner las cartas encima sobre la mesa y hacer demostrar al PSOE que las siglas que lleva son por algo. Es hora de las decisiones valientes, y todo pasa por poner los bienes básicos al servicio de los ciudadanos. Al fin y al cabo, no hay nada más democrático que demostrar que lo que nos da dignidad es poder repartir aquello que es necesario entre todos, sin importar que un 1% de población siempre se lleve el premio gordo mientras el 99% está con la soga al cuello. Sin servicios públicos de calidad, sin bienes básicos a precios asequibles, sin impuestos que graven a las grandes empresas no hay democracia… hay lógica neoliberal.

1 COMENTARIO

  1. Un artículo muy bien argumentado y diciendo las cosas claras de lo que se debe hacer, coincido totalmente con todo lo que dice.

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