Las candidaturas a la Comunidad de Madrid. Feminismo y republicanismo

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Lidia Falcón, Presidenta del Partido Feminista de España.

Ante estas nuevas elecciones para la Comunidad de Madrid vemos como las formaciones que se atribuyen la pertenencia a la izquierda siguen apoyando el mismo régimen monárquico. La alianza de la izquierda, tantas veces repetida y anhelada, no tiene ninguna esperanza ni posibilidad si no se articula con unos planteamientos básicos de reforma de la sociedad española.

No cabe ninguna regeneración de la política si seguimos aceptando, sumisamente, esta Monarquía que desde hace tres siglos nos roba, nos engaña y nos explota. Conocidas son ya de todo el mundo, a lo largo y lo ancho del planeta, las hazañas del rey emérito desde que en 1975 intervino con su autoridad para entregarle los territorios del Sáhara a Marruecos, hasta el expolio de la Hacienda española, recién descubierto. Ese rey tan alabado hasta ahora por los adulones y los serviles cortesanos, políticos y medios de comunicación, que se han dedicado durante 40 años a hacer su propaganda para engañar a la ciudadanía.

Pero lo que no es tan conocida es la influencia económica que tiene en nuestro país esa Casa Real. Gracias a los pactos de la Transición, que se organizaron precisamente para mantener el mismo sistema semifeudal de la aristocracia, el 55% de las tierras cultivables sigue en manos de la nobleza andaluza y extremeña. Solo en Extremadura el 19% de las tierras cultivables de toda España lo posee el 4% de los propietarios. Y Andalucía y Castilla la Mancha y el País Vasco están en manos de los Grandes de España, como en la Edad Media.

Los feudos de la Casa de Alba, de Medina Sidonia, del Marqués de Santa Cruz, etc. etc. dominan absolutamente el agro, rentable, convertidas esas marcas en grandes empresas multinacionales que deciden la producción, la distribución, la exportación. Y la clave de bóveda de este sistema es, naturalmente, la Casa Real, que ahora se pretende blanquear por todas las castas del poder para que nada cambie.

A esta realidad socioeconómica que afecta a más de la mitad de España, hay que añadir los oscuros negocios de toda la familia real, que durante 45 años ha comprado el petróleo de Oriente Medio con sus sustanciosas comisiones, ha pedido prestadas enormes cantidades para subvencionar los partidos de derecha a fin de vencer “el peligro comunista”, y se ha llevado a los paraísos fiscales el producto de sus exacciones y latrocinios al pueblo español.

Una monarquía que además hace gala de preferir al varón a la mujer en la sucesión, para que quede claro que es un pilar inamovible del Patriarcado.

Si alguien, honrado, cree que manteniendo la monarquía podremos invertir las enormes desigualdades económicas entre las clases poseedoras y las clases trabajadoras, avanzar en la participación de la mujer en los puestos del poder político, repartir la riqueza y proteger el medio ambiente, que lo olvide. Para quienes quieran informarse mejor, aconsejo que lean la Constitución española de 1931, y sabrán los propósitos que abrigaban los partidos republicanos para avanzar en tales objetivos.

Tampoco ninguna de las formaciones que se presentan en el espacio llamado de izquierda defiende sinceramente el feminismo. En esta Comunidad de Madrid, en 2016, se aprobó la llamada ley trans, que legaliza el transgenerismo, por el PSOE, Ciudadanos y Podemos, y el PP se abstuvo. Y hoy, ninguno de los partidos políticos lleva en su programa la derogación de esa ley, como tampoco la abolición de la prostitución. En la ciudad de Madrid, se celebran anualmente las Ferias de “vientres de alquiler”, en los mejores hoteles, donde se trafica con mujeres, pobres, para satisfacer los deseos de “padres” y “madres” estériles, de fabricar niños con su código genético. Cuando las dirigentes del Partido Feminista nos entrevistamos con la entonces venerada Manola Carmena, para manifestarle nuestro disgusto por semejante actividad, nos respondió que ese era un negocio privado y que el Ayuntamiento no podía intervenir.

Todos los temas que son de primera urgencia para Feminismo: violencia contra la mujer, violaciones, prostitución, pornografía, vientres de alquiler, ley trans, diferencias salariales, la feminización de la pobreza, se desprecian por los dirigentes de los partidos políticos que se reclaman de izquierda. Y los temas urgentes de la agenda feminista no están en los proyectos de sus campañas electorales.

Hemos visto a Iñigo Errejón y al dirigente de Equo abrazados a ese activista trans, Mar Cambrollé, en la puerta del Congreso de los Diputados, apoyando la supuesta huelga de hambre que dicen que están haciendo las madres de los menores trans, para que se apruebe una ley que les permita hormonarse y castrarse sin ningún consejo ni informe médico. Y a estas madres no se les quita la patria potestad. En la Asamblea de Madrid, se sienta la diputada Carla Antonelli del PSOE, apasionada defensora de la ley trans, que me criticó agriamente en un medio de comunicación.

Encuentro en las listas electorales que el vicepresidente de COGAM, Santiago Rivero, se suma a la candidatura del PSOE para las elecciones de Madrid. Esa veterana organización LGTBI, le dedicó un “ladrillo” a la conocida escritora Lucía Etxebarría porque se atrevió a decir que ella creía que seguían existiendo mujeres. COGAM es conocida hace años por querer aprobar la Ley Trans de Podemos, se pronuncia por legalizar la prostitución y “los vientres de alquiler”, es decir la mercantilización de las mujeres para fabricar niños que se venden a los compradores. ¿Y su dirigentes va a ser diputado del PSOE? ¿Dónde están las promesas y las proclamas de Carmen Calvo que solo hace dos días reclamaba abolir la prostitución? ¿Y el rechazo, público y evidente, contra el proyecto de ley Trans que parecía que había distanciado a la Vicepresidenta del Gobierno de la Ministra de Igualdad, Irene Montero?

La organización Diaconía, sea lo que sea eso, organiza un webinario contra “la trata” de personas con fines de explotación laboral y sexual, donde se diferencia la prostitución del tráfico, hablando de la elección libre para ser prostituta. Ese curso está financiado por la Unión Europea, el Ministerio de Inclusión, Asuntos Sociales y Migraciones y el Ministerio de Derechos Sociales Agenda 2030.

El 24 de junio de 2020 el PSOE coló en el BOE la creación de una vocalía para la participación de las personas LGTBI en representación de las organizaciones. La vocalía segunda se la lleva Crysallis, una organización de padres de niños trans muy activa en reclamar la ley trans que permite decidir a menores sobre su sexo, y someterse a tratamientos hormonales e incluso quirúrgicos, sin el consentimiento de los padres ni tratamiento ni informe alguno psicológico.

Creíamos, por las declaraciones oficiales de Carmen Calvo, Vicepresidenta Primera del Gobierno, que esos términos del proyecto de Podemos no eran de su agrado. ¿Qué sucede en el seno del PSOE y en sus relaciones con Podemos? ¿Es cierto el rechazo del Partido Socialista a las leyes trans, que defiende arriscadamente Irene Montero? ¿O estamos ante una representación de los más altos cargos del gobierno, como una farsa que nos entretiene, mientras en las cavernas de las conspiraciones secretas entre los partidos que forman parte del Consejo de Ministros llegan a acuerdos que ponen en marcha sin que lo advirtamos?

¿Realmente nuestros políticos y políticas son personas honradas? ¿Podemos creer sus programas y promesas? ¿Podemos votarles en la confianza de que llevarán adelante las reformas necesarias en nuestra sociedad para que podamos superar esta triste e incierta época de crisis?

Estas dudas son realmente muy preocupantes en los momentos que vivimos, y en periodo electoral trascendentales para nuestro inmediato futuro, en que hemos de decidir con nuestro voto el gobierno de Madrid.

Conociendo las mañas de nuestra presidenta Isabel Díaz Ayuso, después de dos años de dirigir la Comunidad como si fuera su cortijo, dictando normas que rozan lo psicópata, nos encontramos huérfanas de una candidatura que defienda un programa feminista y republicano.

2 COMENTARIOS

  1. Las que se sientan tranquilamente a conversar con señoras burguesas de Box, no están para dar lecciones a nadie y mucho menos para hablar de republicanismo y contra la monarquía, han perdido toda su credibilidad, igual que a los que señalas. Sois lo mismo y lo mismo.

  2. Mira, cuando yo era niña, el solo nombre de Lidia Falcón hizo temblar los cimientos de mi casa. Yo no estoy de acuerdo en todo con ella, pero se le debe un respeto. Y hablar, hay que hablar con todo el mundo, incluyendo a Vox y a las peronistas posmodernas de Podemas. ¿O no se dio a conocer Pablo Iglesias en los medios de ultraderecha? ¿O no participaríais en un debate en la televisión? Qué penita.

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