El proceso del Brexit ha explotado hasta las costuras la unidad del Reino Unido. Las tensiones territoriales resurgen del cajón del olvido.
El resultado del referéndum no dejó a nadie indiferente y es que los distintos territorios/ reinos votaron de forma contraria entre ellos. La mayoría del voto separatista se concentró en Gales y sobre todo en Londres. Así fueron Irlanda del Norte y Escocia los territorios que quisieron quedarse dentro del Acuerdo Europeo.
Debemos recordar que tanto Escocia como Irlanda del Norte no son territorios al uso, ya que ha habido varios intentos de separación. Son casos diferentes, pero con intereses similares en este contexto.
Hace siete años se produjo el referéndum por la independencia de Escocia con respecto a Reino Unido. El resultado del mismo fue bastante apretado con un 45% de escoceses que querían separarse del país. Un resultado que no ha tapado los sentimientos independentista de la población, puesto que las últimas elecciones ganaron los indepentistas.
Con respecto a Irlanda a del Norte, de todos es sabido los conflictos que ha habido entre unionistas que querían seguir bajo la corona de los Windsor y los republicanos irlandeses, partidarios de la independencia.
Ahora estos territorios y sus ciudadanos se ven perjudicados social, política y económicamente por la decisión de salir del Acuerdo Europeo, ya que ellos no querían esa separación y ahora están empezando a sufrir las consecuencias del mismo.
Especialmente, la situación de Irlanda es complicada, ya que con esto se verían divididos territorialmente, familias que viven en un lado y otro de la frontera y negocios que se ven perjudicados por la separación.
En conclusión, podemos decir que la situación de Reino Unido es bastante tensa en este tema. Los conflictos van a ir en aumento. El referéndum por la independencia será la espada de Damocles sobre la cabeza de Boris Johnson.
