El caos por la producción y la distribución de las vacunas asola Europa. Las estrategias de vacunación diseñadas por cada país tienden a un retraso por el fariseísmo de las farmacéuticas, infladas por dinero público.
Tendemos a relativizar el lenguaje, por lo que en parte se nos olvida que este comportamiento es más que una práctica desleal de una empresa cualquiera. Es la economía de la muerte. Por eso, tenemos que preguntarnos ¿Cuánto vale una vida? ¿Debemos permitir estás practicas o por el contrario hay eliminar este negocio y socializarlo? Más bien, los segundo.
Y en medio de este dilema moral y ético nos encontramos el papel que juega la UE y sus prácticas. Y es que al igual que pasó con el Tratado de libre comercio (TTIP), la Comisión Europea vuelve a ocultar información o parte de está.
Así lo atestigua la eurodiputada y Responsable de Acción Política de Izquierda Unida, Sira Rego:
La pregunta aquí sería la siguiente: ¿ Qué intereses hay en ocultarnos los contratos o parte de estos a la ciudadanía, y lo que es peor en ocultárselo a nuestros representantes?
Recientemente, el diario Alemán, Der Spiegel ha podido acceder al contrato original, debido al uso de un programa informático que pudo desvelar la censura de estas páginas. Una de las dudas finales sobre este contrato era el precio que había sido acordado y que asciende a 870 millones de euros. Además, la UE accede en este contrato a cubrir todos los gastos que se pudieran originar y hasta un 19% más sin justificar.
En definitiva, nosotros pagamos el desarrollo de la vacuna subvencionando empresas privadas, estás nos venden las vacunas, le pagamos los sobrecostes y encima protegemos a la empresa, censurando el contrato que debe ser público. Mientras, la empresa falla al contrato para ampliar más si cabe sus beneficios. El negocio de la muerte.
