De la Inteligencia artificial: contribución marxista a la teoría de la innovación tecnológica

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“La tecnología revela el modo de proceder del hombre con la naturaleza, el proceso inmediato de producción de su vida, y aclara así las condiciones de su vida social y las concepciones mentales que de ellas se derivan”
K. Marx Capítulo XIII: El Capital tomo I°

De forma llana, la innovación es un proceso objetivo, cuyos efectos potencialmente progresivos están en permanente conflicto con la acumulación del capital. Para un marxista  el cambio tecnológico equivale al desarrollo cualitativo de las fuerzas productivas, en un cuadro de relaciones de propiedad definidas por un cuadro específico del modo de producción dominante.

Marx es la base de los estudios históricos del cambio tecnológico, a principios de 1845 inició sus estudios que lo llevaron a desarrollar y madurar su pensamiento tecnológico. Su propia investigación se nutrió de un gran conocimiento de los principales especialistas de su época, escritos de los alemanes Joham Beckmann (1739-1811) y JHM von Poppe (1776-1854) y pensadores ingleses de la Revolución Industrial en Inglaterra, Charles Babbage (1791-1871) y Andrew Ure (1778-1857), que desarrolló en los Cuadernos Tecnológicos XIX (B 56), la cuestión tecnológica está indisolublemente ligada a la evolución de su pensamiento económico. Esta comprensión le permitió exponer cómo la innovación influyó en el paso del artesanado, a la manufactura, y a la gran industria. También le sirvió para entender la modificación cualitativa que entrañó el pasaje de la acumulación primitiva basada en un patrón tecnológico estable a la acumulación de capital, sostenida en innovaciones permanentes.

Innovar o perecer rige la dinámica de la acumulación capitalista

En la fase actual del capitalismo, la llamada “cuarta revolución industrial”, no es suficiente con comprender una tecnología aislada, sino el conjunto del dispositivo técnico y social contemporáneo que lo lleva a puerto. El auge de la aplicación de la Inteligencia Artificial (IA) sintetiza y automatiza tareas para cualquier ámbito de actividades intelectuales humanas, mecanismos que abarcan campos genuinamente universales, pero innovar no supone necesaria e inexorablemente un «progreso» debido a sus consecuencias sociales.

La tecnología del capital y la subsunción

Hay que tener claro en qué sectores se implementan las nuevas tecnologías y como afecta al “secuestro de la totalidad de capacidad productiva del trabajador”.

La tecnología del capital juega un papel centralmente político en el proceso de producción, el capitalista, ejerce poder de mando sobre los trabajadores a partir del dinero, lo que Adam Smith llamó: “labour commanded”, mediante la compra de la fuerza de trabajo del obrero ejerce el poder de mando sobre los trabajadores a partir del dinero, el obrero no puede concurrir al mercado sino vendiendo como mercancía su propia fuerza de trabajo.

Marxlo analiza en el fragmento inédito del Capítulo VI de El Capital explicando las dos maneras de la “subsunción del trabajo”

—la formal: cuando el trabajador vende su fuerza de trabajo deja de ser dueño de sí mismo y se enajena al patrón y formalmente deja de ser propietario de sí mismo,
—la real en el puesto de trabajo, cuando del trabajo activo del trabajador, el capitalista consigue el aumento de la productividad laboral y el incremento de la tasa de plusvalía.

Ambas formas son específicas de la explotación capitalista, con la inserción del nuevo fenómeno tecnológico de la IA, también se modifican las relaciones sociales y la lucha de clases, los sujetos están obligados a adaptarse y disputar la hegemonía dentro del proceso de cambio social.

A diferencia de todos los modos de producción anteriores el capital es “revolucionario” internamente, no cesa de trastornar todas las relaciones sociales, comprendidas las que él mismo crea, gira siempre en torno al crecimiento y en su caso le es necesariamente que sea exponencial y acumulativo, característica de su reproducción. Para el capital, las innovaciones en los procesos de cambio tecnológico crean un vasto dominio de posibilidades siempre cambiantes para mantener o aumentar la rentabilidad. La búsqueda de tecnologías genéricas que pudieran aplicarse casi en cualquier campo, como ha sucedido durante los últimos años con la computarización. Surge así un vasto territorio empresarial en torno a la invención y la innovación, lo que Brian Arthur en “The Nature of Technology” llama «nichos de oportunidad» que suministran por doquier nuevas tecnologías que inciden en la producción, circulación comercial, unidades militares de investigación que implican dominio geopolítico, vigilancia de individuos y trámites burocráticos.

Nuevas configuraciones tecnológicas que Joseph Schumpeter denominó «vendavales de destrucción creativa», la innovación es esencial para la supervivencia competitiva entre empresas y la sociedad interioriza lo nuevo a expensas de lo antiguo.

Cuál es la dinámica rectora de la innovación y su importancia

Para Marx el cambio tecnológico conduce la acción de la ley del valor-trabajo, que rige el funcionamiento del capitalismo, la que considera que el valor de un bien o servicio está determinado por la cantidad de «tiempo de trabajo socialmente necesario» para producir. A través de la innovación se alteran las proporciones de trabajo contenidas en las mercancías, y esta transformación modifica los precios relativos que orientan la producción.

Los impactos institucionales

David Harvey nos muestra como las “contradicciones cambiantes” del capitalismo, es decir las crisis económicas cíclicas son esenciales para la reproducción del capitalismo y en ellas sus desequilibrios son remodelados y reorganizados para crear una nueva versión del núcleo dinámico que acapara el aumento de la tasa de beneficio a largo plazo. Mientras que individualmente representa un beneficio para un capitalista y/o empresa de un determinado sector, lo es a su vez contraproducente para el conjunto del capitalismo, la automatización plena del trabajo no es posible sin poner en riesgo al propio sistema. ¿Y a qué es debido? A dos factores: la flexibilización laboral y la destrucción de las fuentes de plusvalor: el estrago del trabajo asariado en grandes proporciones,  ambos representan un riesgo para la supervivencia del capitalismo, en los países ricos se compensa con una mayor intensidad de explotación y expropiación en los países pobres de la periferia.

El marxismo indaga la incidencia de la lucha de clases sobre la innovación, la consultora privada PWC, muestra que hacia 2030 la IA alcanzaría una participación en el PIB  de un 14% en América del Norte, 11,5% en Europa del 5,4% y un 26% en China. Frente a un escenario creciente de trabajadores descualificados, precarizados y sometidos al desempleo parcial o bien permanente de larga duración. El cambio tecnológico recrea permanentemente choques entre los empresarios que introducen innovaciones para incrementar su beneficio, y trabajadores que buscan evitar el impacto negativo de esta transformación sobre el empleo, el salario, y las condiciones laborales frente a los Estados occidentales capitalistas que muestran sus debilidades en la gestión de su política fiscal. Por su propia estructura del reparto de la riqueza no consiguen revertir la creciente tendencia a la concentración de la riqueza y el traslado de ésta desde los trabajadores (secuestro de rentas) hacia el capital concentrado.

 El epicentro de la lucha de clases en la época contemporánea se encuentra en la brecha cada vez mayor entre los ricos y el resto de la sociedad. Los informes anuales de Oxfam sobre la desigualdad global revelan que sólo una pequeña fracción de la población mundial posee una parte desproporcionada de la riqueza. Esta concentración de poder económico es el caldo de cultivo para que a través de la acción colectiva se revierta el sistema hacia otro modelo de producción

1 COMENTARIO

  1. Un artículo de interés y muy documentado, como son todos los de Juan López Páez.

    Sobre este tema, la alternativa del Mundo Multipolar, que parece está ya cuajando de forma bastante irreversible, va a poner más difícil al imperialismo realmente existente (EEUU-UE-OTAN y unos pocos más afines) aumentar la tasa de explotación de los países periféricos (África, Asia, América Latina), con lo que presumiblemente tendrán que aumentar la explotación de los trabajadores propios para extraer la plusvalía, con lo que, presumiblemente también, la clase trabajadora de los países imperialistas, estarán más receptivas a las ideas socialistas-comunistas.

    Pero, por otra parte, según lo entiendo yo, si la plusvalía depende de la explotación de los trabajadores y, al mismo tiempo, en los países imperialistas se sustituye esa mano de obra por la tecnología y no van a poder tampoco aumentar la tasa de explotación sobre la periferia (mano de obra y recursos), es decir, los dos elementos de extracción de la plusvalía se reducen o desaparecen, y si le unimos, además, que una gran masa de trabajadores en los países imperialistas no tendría capacidad adquisitiva (y, por tanto, no va a poder consumir), ¿cómo se resuelva la ecuación?

    Mucho me temo que son estas contradicciones las que están llevando al imperialismo a una guerra total de dominación, como única forma de mantener vivo al sistema.

    Un saludo.

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