La dirección de la empresa convocó al comité el pasado lunes de forma urgente para comunicar el previsible cierre de sus instalaciones en la localidad de Avilés. Este cierre supondría el despido de los 160 trabajadores que componen la plantilla.
Anteriormente, la multinacional francesa ya había puesto sobre la mesa a los sindicatos la posibilidad de que esta medida se llevara a cabo. Sin embargo, a diferencia de este hecho que ocurrió en 2022, ahora la directriz proviene desde la central en París y no parece revocable.
Cuando se propuso dicha acción, la presión de la plantilla, la cual rechazó tajantemente la propuesta, hizo que la dirección se retractase, al llevarse a cabo diversas huelgas y movilizaciones por parte de los trabajadores.
Según han comunicado los delegados de Corriente Sindical de Izquierdas (CSI), “Ha sido un mazazo, la sensación entre los trabajadores es de rechazo y de consternación”. También han apuntado que “aunque vamos a intentar revocar la medida, sabemos que cuando esta empresa anuncia un cierre no tiene vuelta atrás. Ellos han transmitido que la decisión es irrevocable”.
A pesar de esta perspectiva, es de esperar que en las próximas semanas se lleven a cabo paros y movilizaciones por parte del comité, para mostrar el rechazo a esta decisión de la corporación
