El sector de la informática llama a la huelga

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Antonio Gil

En los pasados días 21 y 22 de marzo la plantilla del grupo DXC en España, unas 7.500 personas, estaba llamada a la huelga. DXC es una multinacional de origen estadounidense, que presta soporte informático de sistemas a grandes compañías de banca, automoción o el propio Estado, como por ejemplo RENFE. La mayoría sindical, compuesta por las secciones sindicales de GGT, CNT, CCOO, CSI, USO, Intersindical-CSC y OSTA (no apoyaron UGT y RSTIC), además, ha convocado a otras cinco fechas, los días 29 y 30 de abril, y los días 3, 4 y 5 de junio.

Con un seguimiento superior al 70%, se registraron incidencias graves en servicios de grandes clientes de la compañía, como RENFE o algunos de los principales bancos, y se produjeron seis manifestaciones con cerca de un millar de personas por toda la geografía estatal. La coincidencia de las fechas de la huelga con la que se produjo en el sector de banca y el inicio de la Semana Santa aseguró que se dificultase la resolución de las incidencias a que diera lugar la huelga.

Los motivos de la huelga son fundamentalmente económicos, pues desde fuentes sindicales se cifra en un 17% la pérdida de poder adquisitivo en los salarios desde 2020, mientras la empresa presume de que está en el mejor momento de su existencia en cuanto a beneficios. Además, es un problema que no afecta solo a la empresa, sino a todo el sector.

El convenio de TIC presenta unos sueldos mínimos muy cercanos al SMI, entre otras circunstancias.

Hay antecedentes de movilizaciones por esta cuestión: el 16 de junio de 2023, CGT llamó a la huelga tanto en DXC como en Alten y Global Rosetta-Getronics, con un éxito considerable. Más adelante, el 14 de diciembre convocaron huelga esta vez en cuatro empresas del grupo Accenture, también con un seguimiento significativo.

En el caso de DXC, el éxito de la convocatoria de junio empujó a otros sindicatos a iniciar conversaciones con CGT, que culminaron en la convocatoria de marzo.

Además de las cinco jornadas de huelga que quedan por celebrarse, hay otros movimientos en ciernes, como la coordinación de los sindicatos de DXC con otras secciones hermanas en otras empresas, o el contacto con sindicatos de DXC de otros países europeos, con la finalidad de hacer movilizaciones simultáneas y que traspasen fronteras.

Estas movilizaciones, y sus efectos, ponen de relieve la creciente importancia del sector informático en el funcionamiento de grandes empresas y servicios públicos.

Vivimos en un mundo cada vez más digitalizado y más interconectado, en el que la dependencia de empresas de tecnología especializada es cada vez mayor, lo que concede a sus plantillas, si se organizan, un considerable poder frente a la patronal.

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