La huelga indefinida en Acerinox cumplirá 40 días este mismo viernes. La fábrica está paralizada desde febrero, con servicios mínimos, que se ocupan de la vigilancia y mantenimiento de las instalaciones.
El nuevo convenio colectivo lleva más de un año con negociaciones abiertas y no ha podido firmarse ante la falta de acuerdo.
La fábrica de Cádiz hay 1800 trabajadores: «Es un número importante, en la comarca (con tasas de paro por encima del 20%) es una empresa importante», afirma Valencia, representante del Comité de Empresa. Él lleva casi 26 años en Acerinox. En el comité, en el que además de ATA, están CCOO, UGT y USO, lleva dos. Ha trabajado en diferentes posiciones en la empresa, desde gruista a carretillero, dependiendo de las necesidades de la compañía; ambién ha sido responsable de cargas.
La situación en cuanto a negociaciones ha estado totalmente bloqueada hasta este martes pasado, cuando la empresa ha aceptado por fin negociar con los representantes elegidos por la plantilla.
«La empresa no reconocía a este comité de huelga. Pero lo han elegido los trabajadores», resume Valencia. El viernes se acordará un calendario de negociación y se intentará desbloquear las cuestiones judiciales que aun queden pendientes, según indicó Acerinox en un comunicado, recogido por Europa Press.
Entre ellas, están las demandas por huelga ilegal y abusiva que la empresa consideraba que se estaba produciendo.
La compañía pretende imponer un nuevo modelo laboral, que pasa por la flexibilidad de la jornada laboral y la disponibilidad de la plantilla durante su tiempo de descansos, extremo que los trabajadores rechazan, puesto que compromete su conciliación laboral y tiempo libre.
El otro punto conflictivo son los salarios. Valencia asegura que llevan prácticamente de 2008 con los sueldos congelados. «Sobre todo, lo que defendemos es el empleo, se perderían puestos de trabajo de gente joven, en una comarca castigada por la falta de empleo. Trabajamos de noche, a turnos, los días de fiesta. Eso hay que pagarlo. Además, está el factor peligrosidad. Trabajamos con productos químicos, estrés térmico de más de 50 grados, el acero se funde a 1.500 grados. Es una fábrica de acero. Teníamos sueldos que nos permitían vivir. Había una diferencia con los sueldos de otras empresas (de la zona) pero es verdad que hemos ido perdiendo derechos sociales, lo que ha llevado a esta huelga», afirma el representante.
Durante este tiempo de huelga ha habido cortes de carretera y de la autovía A-7. Una jueza ha llegado a imponer una condena de un año de cárcel, que está de momento suspendida, a un trabajador envuelto en las protestas. “Hemos sufrido represión. No nos están dejando libremente que nos manifestemos.
Echamos las ocho horas en la puerta. Cubrimos los turnos en la calle. La gente tiene ganas de volver a trabajar, pero no vamos a hacerlo con cualquier acuerdo», afirma el portavoz del comité.
