La decadencia industrial alemana

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Alemania, la locomotora económica de la Unión Europea a tenor de los informes de medios económicos especializados, sus días como superpotencia industrial están llegando a su fin. Según la agencia Bloomberg la crisis derivada del rechazo del suministro energético ruso, fue «la gota» que rebalsó el vaso de su lenta decadencia como potencia económica global.

La producción industrial de Alemania bajó por séptimo mes consecutivo, alcanzando un 1,6% negativo en diciembre de 2023, y «los cimientos de la maquinaria industrial alemana comenzó a caer como fichas de dominó”.

Paolo Raffone, analista estratégico y director de la Fundación Centro de Investigaciones de Política Internacional (CIPI) en Bruselas dictaminó que: “Los suministros de energía a largo plazo, fiables, baratos y abundantes de Rusia desempeñaron un papel crucial en el desarrollo y fortalecimiento del sector industrial de Alemania».

En octubre 2022, el gigante químico alemán BASF reveló sus planes de trasladar parte de sus instalaciones de producción a China, alegando los elevados costos energéticos tras los sabotajes contra los gasoductos Nord Stream en septiembre de 2022.

El declive de los dinosaurios.

Tras dos años de presión sancionadora sobre Rusia, se están cumpliendo las predicciones de una grave crisis económica y de la desindustrialización generalizada de la mayor economía de Europa

La realidad que enfrenta Alemania: la producción manufacturera en la economía más grande de Europa ha tenido una tendencia a la baja desde 2017, y la caída se está acelerando a medida que se erosiona la competitividad. Las exportaciones alemanas cayeron bruscamente en diciembre debido a una demanda más débil de los países de la eurozona, según mostraron datos oficiales el lunes de la semana pasada, culminando un año decepcionante en el comercio exterior.

No hay muchas esperanzas, si soy honesto«, manifiesta Stefan Klebert, director ejecutivo de GEA Group AG, un proveedor de maquinaria de fabricación cuyas raíces se remontan a finales del siglo XIX. «Para ser sincero, no hay muchas esperanzas. No estoy seguro de que podamos detener esta tendencia«, dijo Stefan Klebert, director ejecutivo de GEA Group AG, citado por Bloomberg.

En algunos casos, la desaceleración industrial se está produciendo en pequeños pasos, como reducir los planes de expansión e inversión. Otros son más evidentes, como cambiar las líneas de producción y recortar personal. En casos extremos, como la planta de tuberías de Vallourec SACA, que alguna vez formó parte del caído gigante industrial Mannesmann, la consecuencia es el cierre permanente.

Otro factor es el ritmo de la lenta burocracia alemana, incluso cuando las empresas están dispuestas a invertir. GEA instaló capacidad solar en una fábrica en la ciudad de Oelde, en el oeste de Alemania, donde fabrica equipos que pueden separar la nata de la leche. Solicitó permisos para suministrar energía en enero del año pasado, dos meses antes de comenzar la construcción y todavía está esperando la aprobación, casi dos años después de iniciar el proyecto.

El problema etario, el envejecimiento de la población: «No se trata sólo de energía«, afirmó en una entrevista el director general de EBM-Papst, Klaus Geisdorfer. «También se trata de la disponibilidad de personal en Alemania, que ahora es muy tensa». Dentro de una década, la población en edad de trabajar será demasiado pequeña para mantener la economía funcionando como lo hace hoy” añadió.

La decadente competitividad industrial amenaza con hundir a Alemania en una espiral descendente, afirmó Maria Rottger, directora de Michelin SCA para el norte de Europa. El fabricante de neumáticos francés cerrará dos de sus plantas alemanas y reducirá una tercera antes de finales del próximo año, una medida que afectará a más de 1.500 trabajadores. Su rival estadounidense Goodyear Tire & Rubber Co tiene planes similares para dos instalaciones.

«A pesar de la motivación de nuestros empleados, hemos llegado a un punto en el que no podemos exportar neumáticos para camiones desde Alemania a precios competitivos«, dijo en una entrevista reciente. «Si Alemania no puede exportar de forma competitiva en el contexto internacional, el país pierde una de sus mayores fortalezas».

Otros ejemplos de declive surgen regularmente. El Grupo GEA cerrará una fábrica de bombas cerca de Mainz para construir una nueva sede en Polonia. El fabricante de autopartes Continental AG anunció en julio del año pasado planes para abandonar una planta que fabrica componentes para sistemas de seguridad y frenos. Su rival Robert Bosch GmbH está en proceso de despedir a miles de trabajadores.

Las empresas alemanas recortan sus planes de inversión a medida que se profundiza el pesimismo económico para 2024, la encuesta de referencia de diciembre 2023 basada en las respuestas de 5.000 empresas, del Institute Ifo de Múnich dijo que habían «reducido significativamente sus planes de inversión».

Miembros del gobierno alemán así lo reconocen, “Ya no somos competitivos», dijo el ministro de Finanzas, Christian Lindner, a principios de este mes en Frankfurt “Nos estamos volviendo más pobres porque no tenemos crecimiento”. Sus comentarios se producen poco después de que la OCDE publicara unas sombrías perspectivas en las que recortaba a la mitad su previsión de crecimiento alemán para este año, hasta sólo el 0,3%, muy por debajo del 2,9% que anticipa para el G20 e incluso por debajo del el 0,6% que proyecta para la Eurozona.

Lindner destacó que estaba bastante claro que todas las obligaciones sociales de Alemania, incluido el status quo de la seguridad social, los proyectos medioambientales y la necesidad de aumentar el gasto en seguridad exterior del país «sólo pueden realizarse con más prosperidad económica, no de otra manera”

Capitalismo y “aceleración social”

“No hay que ser pesimista para decir que lo que estamos haciendo en este momento no será suficiente«, dijo Volker Treier, jefe de comercio exterior de la Cámara de Comercio e Industria de Alemania. «La velocidad del cambio estructural es vertiginosa» agregó.

La velocidad del “valor” en el núcleo estructural del capitalismo. La historia del capitalismo es una combinación compleja de necesidad y contingencia (posibilidad de que algo suceda o no suceda)[1], Para lo que denominamos “lógica del capital”, o indistintamente “proceso de valorización”, Marx sigue ofreciendo una descripción precisa de la lógica profunda del capital y de sus implicaciones, de las relaciones estructurales entre capitalismo y “aceleración social” [2]

 La tesis marxista precisa que el valor de una mercancía viene dado por el tiempo social medio necesario para producirla, ofrece la pista inicial para guiarnos. Según Marx lo que determina la magnitud por la que se intercambia una mercancía respecto de otra es el tiempo necesario para producirla, más precisamente, el tiempo promedio que requiere en un estado de la organización y del desarrollo tecnológico.

Las presiones estructurales que ha llevado a cabo el capitalismo a lo largo de su desarrollo y evolución son:

a) La “aceleración de la producción”: el capitalismo ha realizado de un modo sistemático y continuo la reducción del tiempo socialmente necesario de producción.

b) La “aceleración de la valorización” o la posibilidad de que los flujos de inversión lleguen rápido a donde está la fuerza de trabajo produce también aceleración en los procesos de contratación, y en particular su “flexibilidad”, que expresa el interés estructural del capital de tener mano de obra disponible y a la vez descartable al menor costo posible. Los mercados se complejizan, se diversifican y se vuelven inestables; la competencia aumenta y se hace tendencialmente global; la inmediatez de las finanzas hace de la inversión y la circulación de información fenómenos inéditamente rápidos.

c) La “aceleración del cambio social”: como el vértigo que apreciamos en las crisis financieras, la lógica de la acumulación y la destrucción del capital adquieren una velocidad por completo ajena a los parámetros de las mercancías reales y del dinero, el estallido de las burbujas, es la celeridad del cambio social en su forma más dramática, cuando la incoherencia entre expectativas y realidad llega a su límite.

Todo lo que era sólido se desvanece” [3]

El capitalismo financiarizado supone la radicalización de la incertidumbre respecto del futuro quel rasgo básico del capitalismo financiarizado consiste en que una fracción de la clase dominante, aquella que presta a interés el capital acumulado, domina a las fracciones del capital productivo y el capital comercial. Desde el punto de vista marxista todos los pagos surgen de la plusvalía, por lo que el interés que devenga un préstamo es en realidad descontado de la explotación. Sin embargo, el hecho de que las finanzas dominen a la producción significa que le imponen su lógica temporal, que es justamente una lógica de tiempos cortos. Marx introdujo en la parte no concluida de El capital, el concepto de “capital ficticio”, que refiere justamente a la independencia de las finanzas respecto de la economía real.

Los cimientos de la maquinaria industrial alemana han caído por el efecto dominó, EEUU compite con sus aliados transatlánticos, una encuesta de la Cámara de Comercio e Industria Alemana DIHK reveló en marzo 2023 que la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) del Gobierno de Biden para promover tecnologías respetuosas con el clima atraería a empresas alemanas a EEUU, una de cada 10 empresas alemanas ya tenia previsto trasladar su producción a otros países. China se está convirtiendo en un rival mayor y ya no es un comprador insaciable de productos alemanes. El acelerador final para algunos fabricantes pesados fue el fin de enormes volúmenes de gas natural ruso barato.

Junto con la volatilidad global, la parálisis política en Berlín está intensificando problemas internos de larga data, como una infraestructura chirriante, una fuerza laboral que envejece y la maraña de trámites burocráticos. El sistema educativo, que alguna vez fue una fortaleza, es emblemático de una falta de inversión en servicios públicos a largo plazo. El instituto de investigación Ifo estima que la disminución de las habilidades matemáticas le costará a la economía alrededor de 14 billones de euros en producción para finales de siglo

Mientras tanto, se espera que los datos de producción industrial que se publicarán a finales de esta semana alcancen su nivel más bajo desde 2008, cuando la industria alemana se vio fuertemente afectada por las consecuencias de la crisis financiera mundial.


[1] Lipietz, Alain (1986) “Acumulación, crisis y salida de la crisis: algunas reflexiones metodológicas en torno a la noción de «regulacion»” Estudios Sociológicos, IV

[2] Harvey, David (1991) “Los límites del capitalismo y la teoría marxista” Siglo XXI Editores.

[3] Karl Marx, “Manifiesto comunista”

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