Las empleadas y empleados del supermercado Mercadona de Ronda de Outeiro, en A Coruña, se han concentrado este miércoles en las puertas del centro de trabajo para denunciar la actuación de la empresa con una trabajadora víctima de violencia machista, a la que le retiraron el complemento IT (incapacidad temporal) en el primer mes de baja y a la que posteriormente se le negó el derecho a la concreción horaria para poder cuidar de sus hijos.
Los malos tratos sufridos por la trabajadora provocaron un grave deterioro de su salud que la llevó a pedir una baja. Pero Mercadona, y la entidad externa que tiene contratada para el seguimiento del personal de baja, «para controlarlos o perseguirlos», pensó que la situación de esta trabajadora no era tan grave y unilateralmente, en el primer mes de baja, le retiró el complemento que paga en los casos de incapacidad temporal por contingencias comunes, según convenio colectivo.
Esta medida supuso que la empleada dejara de cobrar 400 euros y se viera obligada a solicitar el alta voluntaria, en medio de un proceso depresivo y en contra del criterio del médico del SERGAS, porque «no podía alimentar a su familia».
Por si fuera poco, la trabajadora cuando se reincorporó a su puesto pidió una reducción de jornada «pero Mercadona le negó la adaptación que solicitaba, ofreciéndole horarios que no se ajustan a sus necesidades y no le permiten cuidar de sus hijos».
Según fuentes sindicales, «la empresa tiene toda la documentación que da fe de la grave situación de esta compañera, sabe lo mal que va y aun así no importa. Queremos que la sociedad sepa que la imagen que anuncia la empresa no tiene nada que ver con la realidad que se vive en los centros de trabajo».
Por eso el lema elegido para esta protesta es Mercadona cómplice del abuso, «por la falta de sensibilidad de la empresa ante la dificilísima situación personal de la trabajadora, por priorizar el ahorro económico por encima de la protección de las mujeres y por no cumplir ni lo que estaba establecido en su propio plan de igualdad», convirtiendo a la trabajadora también en víctima en el ámbito laboral.