Celsa Atlantic, la tercera siderúrgica más grande de Europa ha pasado a estar controlada por fondos acreedores, tras quedar la gerencia de la corporación impotente para asumir las deudas contraídas, y mediante una sentencia del juzgado de lo mercantil de Barcelona.
Tras estos acontecimientos, ahora el futuro de la planta del municipio gallego de A Laracha, que emplea a 150 trabajadores, parece ser incierto, como demuestra la preocupación que expresa la plantilla.
En palabras del presidente del comité de empresa, perteneciente al sindicato CIG, representa “un mazazo a dos o tres años vista”. Por este motivo, han solicitado a las administraciones la mediación para la puesta en marcha de un plan industrial que garantice la viabilidad del planta cuando estos fondos “decidan vender este grupo por piezas”.
Entre las reclamaciones sindicales está la inversión en una acería para garantizar el suministro de materia prima. “Es la mejor forma de garantizar la viabilidad de la empresa cando estos fondos se deshagan de Celsa, dijo el presidente del comité.
Finalmente, representantes del ayuntamiento se reunieron con los trabajadores para trasladar su apoyo a la viabilidad de la fábrica y reconociendo el valor estratégico de esta.