Bajo el pretendido altruismo de la gestación por sustitución subyace la verdadera razón de su existencia; la explotación reproductiva de mujeres y la venta de recién nacidos

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Por Ana Jesús Merino

Era el mes de abril de este año, 2023, cuando las mujeres feministas Las Criadas ya estaban organizadas para llevar la protesta  a las calles de Bilbao. Estaba anunciada para entonces la celebración del congreso ANACER en junio  y otro más organizado por Gure Umeen Ametsak y Son nuestros hijos, entre otras organizaciones. Fue celebrado en julio,  en el centro público Azkuna, el centro cultural de gestión municipal de Bilbao.

El doctor Guillermo Gauthier, uno de los organizadores del evento ANACER, afirmaba entonces: “la gestación por sustitución es una forma más de reproducción asistida”

 Bien dotados de medios económicos te hacen pensar en quién los financia. El Sr. Erkoreka (PNV) habla de familias diversas, los compradores de bebés hablan de la libertad y decisión libre de la mujer, ocultando la coerción y la violencia de los contratos.

En mayo de 2023 la socióloga y  fundadora de Stop Vientres de AlquilerAna Trejo Pulido,hizo la presentación de su libro En el nombre del padre para las y los  feministas del nuevo partido Feministas al Congreso. La autora investiga cada aspecto relacionado con este  negocio sin dejar de lado qué ocurre con estas mujeres y los recién nacidos. Así  pues, buena parte del presente artículo es  una transcripción de  su excelente ponencia. En su trabajo la autora pone el foco en las mujeres, cuyos derechos junto a los de  sus hijos e hijas son vulnerados. Se deja ver claramente que el denominado “altruismo” pretende enmascarar un fabuloso negocio.

Las mujeres pobres. Violencia y cosificación contra las mujeres y recién nacidos

Desde los años 90 se comienza con el trasplante de embriones, sin que la madre aporte su propio óvulo,  y da origen al negocio denominado “subrogación gestacional”

 El mercado empieza en países como India, Ucrania o Estados Unidos cuyas leyes lo amparan, miles de criaturas son gestadas y compradas. Grecia,  es la puerta en Europa de las mafias para la explotación reproductiva, las mujeres griegas no quieren, no se prestan a ello. Así pues,las agencias y clínicas intervienen trayendo mujeres de Ucrania, Rusia etc. y les hacen  los tratamientos, vuelven a sus países y las vuelven a traer por segunda vez para parir.

¿Cómo viven estas mujeres los embarazos?

Los embarazos no son deseados para sí, se ven obligadas por la situación de vulnerabilidad: económica, social, cultural y legal.

Son embarazos  comercializados, altamente tecnificados, medicalizados  y controlados. No se respeta la fisiología del embarazo y el nacimiento. Se desarrollan en un entorno hostil que impacta en la salud de la madre y del bebé.

Todas las mujeres viven los embarazos disociadas de lo que está pasando en su cuerpo. Disociación reforzada por las agencias y clínicas.  Les repiten una y otra vez que ese hijo no es suyo. Las madres de alquiler tienen niveles más altos de depresión durante el embarazo y el posparto.

Algunas madres vuelven a repetir el proceso,  otras quieren quedarse con sus bebés.

El impacto en la salud mental

Los niveles de depresión son más altos durante el embarazo y el postparto.

El bajo apoyo social y las críticas inciden en una mayor depresión de las mujeres de alquiler después del parto. Aunque las agencias y clínicas quieran rodearlo de altruismo, estas mujeres sufren el estigma social y el rechazo.

Se les instruye para reducir al mínimo el vínculo materno-fetal.  El coste emocional es grande y no todas las mujeres que gestan pueden evitar el sufrimiento de la entrega. A pesar de declarar en el contrato que el bebé que crece en su vientre y se alimenta de ella no es su hijo, muchas no consiguen esa desvinculación emocional y entran en problemas psíquicos.

Problemas médicos derivados de la gestación mercantilizada. Estudio de la comparativa entre la concepción por fertilización in-vitro (FIV) en gestación comercializada y la no mercantilizada.

La gestación gemelar fue del 60% entre los embarazos por comercialización en comparación con el 40% de  los embarazos no comercializados.

Las madres de alquiler tuvieron un 17,6% de anomalías fetales cardíacas  y del sistema nervioso central  identificadas en la ecografía prenatal,  en comparación con el 5,8% de los embarazos de FIV  sin subrogación.

Mayor proporción de hallazgos anormales en la ecografía de la placenta en los embarazos subrogados.

Mayor proporción de partos prematuros en los subrogados.

El parto por cesárea entre los embarazos por subrogación fue de 77%, en comparación del 31% de los embarazos sin subrogación.

Pérdidas fetales en el grupo con subrogación 11,7%, mientras que no hubo pérdidas fetales en el grupo sin subrogación.

Problemas médicos derivados de la explotación reproductiva

Las mujeres pobres y embarazadas de múltiples tienen mayor riesgo de complicaciones graves durante el embarazo, incluida la muerte y la evidencia muestra que estas características son comunes entre las madres de alquiler.

Complicaciones obstétricas y riesgos para los bebés, más casos de diabetes gestacional, hipertensión, mayor número de  amniocentesis , más placentas previas, mayor número de cesáreas, tiempos de gestación más cortos, mayor proporción de bebés prematuros y bebés con bajo peso.

Fertilización intensiva sometida a miles de mujeres; la tierra quemada

Estos tratamientos médicos que obligan a inyectarse hormonas, tomar antibióticos y medicamentos inmunodepresores para lograr el embarazo,  a lo que se suma la realización de pruebas invasivas como transferencia de múltiples embriones, reducciones fetales, pruebas de amniocentesis, abortos selectivos, nos da idea de este tipo de gestación. 

 Además de esto, están  los partos inducidos por cesárea y de que no reciben atención médica ni psicológica postnatal.

¿Quiénes son estas mujeres? 

Estas mujeres suelen ser menores de 35 años, casadas y con varios hijos. Provienen de zonas rurales, barrios deprimidos o de la clase trabajadora de las grandes ciudades.

Mujeres de bajo nivel educativo, mujeres que no han tenido oportunidad de formación ni oportunidad laboral. Desempleadas o que desempeñan trabajos precarios y en la economía sumergida.

Tienen problemas económicos o viven en situación de pobreza o vulnerabilidad social. Además de la vulnerabilidad económica, psicológica y legal.

El rol materno juega un papel central e indisociable de su identidad.

Tanto las madres proveedoras de óvulos como las mujeres que actúan como madres de alquiler se sitúan en una posición jerárquica de subordinación con respecto a las personas que las utilizan para obtener un bebé recién nacido.

Se trata de una subordinación construida sobre la clase sexual de las mujeres, y atravesada por la  clase social, la raza, la etnia, la edad y/o la nacionalidad.

En definitiva, son aplastantes las conexiones entre la feminización de la pobreza y la proliferación de este negocio en lugares de precariedad. Alicia Puleo lo llama extractivismo reproductivo.

La transformación de una sociedad de dominación masculina en una sociedad solidaria tiene todavía su recorrido y más bien parece que habrá que seguir insistiendo en ello. 

Es el anhelo principalmente de las mujeres que han visto que el libre mercado no las libra de la pobreza extrema, del hambre de sus hijas e hijos ni de la indigencia. Los líderes mundiales hablan de la pobreza en términos generales, cuando la evidencia muestra, en este sistema dominador masculino, que la pobreza y el hambre son, de hecho, pobreza feminizada.

Hace décadas que las cifras del gobierno norteamericano dieron que las familias encabezadas por mujeres son las más pobres de Estados Unidos, con una tasa de pobreza tres veces mayor que la de otras familias. Como documentan otros informes oficiales y no oficiales la situación en países menos desarrollados económicamente y con situaciones de permanente precariedad las mujeres son las más pobres de los pobres  junto a sus hijas e hijos.

Esa transformación en una sociedad solidaria, liberada del negocio de la explotación reproductiva que llega de EE. UU. Tiene dos obstáculos estrechamente unidos al sistema de dominación del hombre sobre nada menos que la mitad de la humanidad.  El primero es que todas las demandas y reivindicaciones feministas, demandas de respeto a los derechos humanos de las mujeres son ignoradas o trivializadas.

Pero,  incluso cuando los legisladores reciben información completa y objetiva, queda en pie un segundo obstáculo aún más fundamental. Consiste en que la máxima prioridad política en un sistema de dominio masculino tiene que ser la preservación del predominio masculino. Nuestros políticos sin excepción se alían con este sistema dominador y mercantilista. ¿Y los compradores de recién nacidos? 

Parejas heterosexuales no fértiles y muchas parejas gais, podrían ser protagonistas de esta sociedad solidaria por la que trabaja el feminismo desde hace décadas y décadas o mejor dicho siglos. El feminismo que les ha apoyado siempre, y que hoy ve cómo  traicionan a las mujeres con esta participación directa en la explotación reproductiva y contribución a su borrado,  mujeres que envueltas en el falso lenguaje de subrogación o vientres de alquiler desaparecen en ese lenguaje mentiroso.

Son mujeres explotadas, mujeres con sus derechos reproductivos vulnerados, son mujeres y pueden engendrar y parir. Todas son mujeres pobres que necesitan dinero para sobrevivir. Son sumisas y no pueden impugnar los contratos, eso es lo que buscan las agencias. 

Los bebés cosificados y mercantilizados

Un gran negocio de la vida humana que se presenta como un derecho de las personas y una técnica de gestación para ser explotada por el liberalismo económico y la reproducción asistida. Lo que gestan las mujeres no es un producto y, ese ser humano recién nacido no se puede subrogar. 

 Los recién nacidos tienen sus derechos, como es el derecho a la filiación o el derecho a no ser vendidos ni traficados. Así mismo, las mujeres tienen derechos y estos derechos humanos están reconocidos por organismos internacionales.  

En nuestro país no empezamos de la nada. Se deberían tomar en cuenta los artículos, informes y leyes con las que contamos. Sin embargo la inacción es más que evidente.

El artículo 35 de la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas – vigente en España desde 1991 obliga a los Estados Partes a tomar “todas las medidas de carácter nacional, bilateral y multilateral que sean necesarias para impedir el secuestro, la venta o la trata de niños para cualquier fin o en cualquier forma”. 

El Comité de Bioética de España expresa  que todo contrato de gestación por sustitución, sea lucrativo o altruista, entraña una explotación de la mujer y un daño a los intereses superiores del menor.

Con la instrucción de 2010 se da la puerta de entrada a la compra de bebés, es la señal de inicio de un negocio que hay que parar, la explotación reproductiva incluida la compra de óvulos. 

 Los datos recogidos por la autora de este estupendo trabajo nos dicen que la demanda de España entre 2011-2020 supuso 3.273 solicitudes de inscripción de bebés nacidos de la explotación reproductiva (Ministerio de Asuntos Exteriores)

El precio de un bebé comprado en Estados Unidos oscilaba en 2020 entre 110.000€-160.000€ y

en Ucrania entre 40.000€-60.000€. Esto no puede continuar así.

El Estado debe anular la instrucción 10 de 5 de octubre de 2010, de la Dirección General de los Registros y del Notariado, y la modificación del epígrafe 10.3 de la Ley sobre técnicas de reproducción humana asistida que no solo permiten la compra de bebés y la explotación reproductiva de mujeres por parte de ciudadanos del Estado, sino que establecen un contexto social, político y jurídico que favorece la actividad de las agencias y clínicas dedicadas al comercio de la maternidad.

Hay que recordar bien alto y fuerte  que ser padre, madre no es un derecho, por más que insistan en ello, el marco que le corresponde no es el de los derechos, es el del negocio de la fertilidad. 

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