A veces nos agota el optimismo
y el cansancio reposa en la tristeza.
No siempre sobrevive la belleza
a la cruda verdad del espejismo.
A veces nos consuela la apatía,
nos alivia el dolor de la derrota;
ignoramos el fuego que nos brota,
Y aceptamos el plan de la agonía.
A veces descubrimos nuestra talla:
una gota en el mar del Universo;
y pareciera que termina el verso
mientras el barco de la vida encalla.
Pero volvemos siempre a la batalla,
retando al Infinito más adverso.