Huelga histórica en el sector automovilístico en EEUU

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Tras una serie de negociaciones que no llegaron a buen fin  entre el sindicato representante y los Tres de Detroit, cerca de 12.700 trabajadores han ido a huelga en lo que se considera un movimiento sin parangón  en el sector automotriz.  EEUU es el segundo productor y vendedor de coches a nivel mundial, tan solo por detrás de China.

Históricamente, la industria ha estado compuesta principalmente por los trabajadores del llamado Big Three (Ford, General Motors y Stellantis) quienes están protagonizando las movilizaciones. La huelga ha detenido la producción en tres plantas en Michigan, Ohio y Missouri que producen el Ford Bronco, el Jeep Wrangler y el Chevrolet Colorado, modelos clave.

La importancia de esta huelga radica en que es la primera vez que el sindicato United Auto Workers (UAW) convoca paros simultáneos contra los principales fabricantes de coches. Tras tres días no se vislumbra un acercamiento entre las demandas de los trabajadores y las empresas: «Es una pena que las empresas no hayan seguido nuestro consejo y no se hayan puesto manos a la obra desde el inicio de las negociaciones a mediados de julio», ha declarado el presidente del UAW, Shawn Fain, en declaraciones recogidas por Reuters.

Los negociadores del sindicato y Ford mantuvieron «discusiones productivas» sobre un nuevo contrato el sábado, mientras que Stellantis, matriz de Chrysler, dijo que subió su oferta, proponiendo aumentos de salario del 20 % en un período de cuatro años y medio, incluido un aumento inmediato del 10 %, lo que coincidía con las propuestas de General Motors y Ford.

Las propuestas iniciales no alcanzan las peticiones de los trabajadores: Un 40 % que exige el UAW hasta 2027 incluido un aumento inmediato del 20 % en las retribuciones. Además de semanas laborales más cortas, el restablecimiento de las pensiones de beneficios y una mayor seguridad laboral a medida que los fabricantes de automóviles transitan el cambio a los vehículos eléctricos; esta transición está bajo el foco de los sindicatos ya que preocupa mucho que sea una «transición justa». A medida que los trabajadores pierdan su empleo en la construcción de motores y transmisiones de gasolina, deberían poder pasar a trabajar en la construcción de baterías y otros componentes de vehículos eléctricos; afirman estos puestos de trabajo deberían estar remunerados con el mismo baremo que los puestos de trabajo en las fábricas de automóviles.

Recordemos que, en 2019, 46.000 trabajadores de General Motors fueron a huelga durante 40 días, lo que costó a la compañía 3.000 millones de dólares. Se calcula que este paro afecte a casi la mitad de las ventas de los vehículos en EEUU. En este contexto, Ford ha despedido de forma indefinida a 600 trabajadores en una planta de Michigan, debido al fuerte impacto en la producción.  

Otro de los puntos importantes dentro de este parón radica en el hecho de que ocurre en un momento el que la afiliación sindical es baja en EEUU. En el 79 casi 21 millones de trabajadores pertenecía a un sindicato; en 2018 la cifra no alcanzaba los 15 millones.

En el caso del UAW, en los últimos 10 años la afiliación sindical alcanzó su punto máximo en 2017 con 430.871. Este sindicato, fundado en 1935, tiene 600 sindicatos locales y representa a trabajadores de toda la industria, incluidas corporaciones multinacionales, pequeños fabricantes, gobiernos estatales y locales, y otras organizaciones privadas sin fines de lucro. 

Intervención del Gobierno

Fuentes de la CNN han explicado que la secretaria de Trabajo en funciones, Julie Su, y un alto cargo de la Casa Blanca, Gene Sperling, están trabajando ya con las partes para reactivar las negociaciones.

«Como dice el presidente (Joe Biden), creemos en la negociación colectiva, incluido el derecho a la huelga, y ese proceso solo funciona si las partes negocian un acuerdo por sí mismas», ha explicado la fuente citada por la CNN.

El sindicato no descarta seguir con las huelgas. «Estamos preparados para hacer lo que tengamos que hacer. Estamos hartos de quedar atrás. No hay excusas. Estas empresas han ganado un cuarto de billón de dólares en los diez últimos años, 21.000 millones solo en los seis últimos meses, y los sueldos y condiciones de nuestros trabajadores han empeorado», ha afirmado este domingo el presidente de UAW, Shawn Fain, en declaraciones a medios de comunicación. 

«Esta lucha tiene solo un motivo: los trabajadores quieren una parte justa de la justicia económica y no quedar atrás como ha pasado en las últimas décadas», ha insistido.

Este mismo domingo ha estado con los trabajadores en huelga en Wayne, Michigan, el portavoz del Partido Demócrata en la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, que ha puesto en valor la «justa» y «necesaria» lucha de los trabajadores.

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