Lo que les importa negociar y lo que no

1

Por Pilar Aguilar

Los partidos andan negociando. Aún ignoramos con qué resultados. Pero sí sabemos que entre los temas que negocian no figura ninguno de la agenda feminista.

Cierto, nos llegan ecos de que se disputan la titularidad del Ministerio llamado de Igualdad. Pero, ojo, se disputan la titularidad, no el programa político.

Ya sé que algunos (y algunas, ay) piensan ¿cómo va a ser lo mismo que la ministra (o el ministro, no descartemos esta eventualidad dada la devoción que todos sienten por el feminismo “inclusivo”) sea de SUMAR, de Podemos o del PSOE?

Pues sí, da igual porque una ministra (o un ministro) no va por libre. Cierto, puede hacer propuestas más o menos descabelladas, pero si el gobierno no las aprueba, sus propuestas se quedan en meras fantasmagorías. Ninguna ley, ninguna medida de calado ve la luz sin el respaldo del Consejo de Ministros. La ley trans, por ejemplo, no es una ocurrencia de Montero. Fue adoptada por el Gobierno y ratificada por la mayoría parlamentaria. 

Es decir, una ministra podrá ser más o menos astuta o torpe, sibilina o chulesca y podrá resultar más o menos simpática, pero todo eso son nimiedades comparado con lo que realmente importa: las iniciativas legislativas que su Ministerio promueva. 

Cierto, que haya una ministra tan poco sutil como Montero no suele ser habitual. Basta con tener dos dedos de frente, un poco de fogueo o unas asesoras mínimamente astutas para saber, por ejemplo, que alguien con altas responsabilidades y cargos no puede aplaudir “el ladrillazo” a otra mujer, no puede jalear en público tal agresión. 

Pero, insisto, lo realmente esencial es la política que un gobierno aplica, no las opiniones de unos y otros. 

Caso práctico: la prostitución. El PSOE asegura que la condena “desde siempre” (desde siempre, nada menos, aunque ni siquiera en los años en los que tuvo mayoría absoluta hizo nada). Más País y otros modernos de su cuerda la consideran una opción laboral libremente elegida y solo lamentan que no esté reglamentada ¿se supone que con vacaciones pagadas, prevención de riesgos laborales, plus de peligrosidad y etc.? (y, por favor, no os riais). SUMAR por su parte, no sabe y no contesta por aquello de que “es un debate social” (por lo visto, todas las propuestas que SUMAR lleva en su programa cuentan con un amplísimo y abrumador consenso social y solo en este asunto existe debate y discordia).

Supongamos que PSOE, SUMAR y Podemos (y quien más caiga) consiguen formar gobierno ¿alguien cree que promulgarán una ley abolicionista? ¿De verdad alguien piensa que depende de quién sea la Ministra? ¿De verdad? 

Miremos la realidad de frente: no negocian nada de lo que afecta a las mujeres porque, de fondo, nos tienen negociadas. Es decir, todos están de acuerdo en que no somos tan importantes como para que entren en disputas a cuenta de la agenda feminista. No se van a pelear por eso. Pugnan por la titularidad del Ministerio, pero no por la política que dicho Ministerio aplique o deje de aplicar.

Y me pregunto: toda esa gente progresista que, en las últimas elecciones, tanta paliza nos dio para que votásemos, que nos pronosticó rayos, truenos, centellas y plagas si nos declarábamos en rebeldía ¿están haciendo una campaña equivalente con los partidos que les son afines? O sea ¿Intentan (al nivel que cada cual pueda) que entren en razón? ¿están escribiéndoles cartas catastróficas y publicando en redes y prensa artículos tremebundos para meterles miedo? ¿Les están enviando mensajes por tierra, mar y aire para augurarles un futuro negro si no negocian algunos aspectos básicos de la agenda feminista? ¿Los están amenazando con no volverlos a votar? 

¿O quizá solo se agitan y preocupan por la amnistía, las competencias autonómicas y asuntos similares, pero lo que afectan a las mujeres ni se lo plantean?

En realidad, a ellos (y ellas) tampoco les quita el sueño la desigualdad real ni la violencia asesina. Están tan satisfechos (y presumiendo) con la dimisión de Rubiales, como si no supiésemos que, si no hubiera habido escándalo internacional, aquí paz y después gloria, es decir, no hubiera pasado nada, como ocurrió con el entrenador del Rayo Vallecano femenino, ese ser que animaba a “sus chicos” a hacer una violación grupal. 

Mucho me temo que mis queridos “progresistas de izquierdas” piensan como Montero y Sánchez, que España es un país superfeminista a pesar de que un tercio de los españoles paguen por violar mujeres y a pesar de las 76 mujeres asesinadas este año (nueve al mes).

Todos usan y abusan de la palabra feminismo, se la atribuyen, la corrompen y envilecen, pero las reivindicaciones del movimiento feminista les traen absolutamente sin cuidado. 

Así de duro es el panorama.

@pilaraguilarca

1 COMENTARIO

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.