Un erudito cruzaba
el río en barca una tarde,
y al barquero con alarde
sobre ciencias preguntaba.
Al ver que el hombre ignoraba
de aritmética, enseguida
le dijo con voz sentida:
—«Pues por no haberla estudiado,
entienda que ha derrochado
casi un tercio de su vida»
Como el barquero le hacía
poco caso al insolente,
le preguntó nuevamente
con un deje de ironía:
—«¿Sabe usted filosofía
que ilumina el pensamiento?»
Dijo el barquero: —«lo siento;
pero nunca la he aprendido»
—«Pues entienda que ha perdido
de su vida otro por ciento»
De pronto empezó a girar
la barca en un remolino,
y viendo que era el destino
indudable zozobrar,
—«¿Sabe usted cómo nadar?»
El barquero preguntó.
El sabio dijo que no
y le respondió el barquero:
—«Pues su vida por entero
entienda que la perdió»
