Ni África es el escenario de productoras cinematográficas occidentales, ni los africanos somos intérpretes de cine

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Taufig Zurro

África está en el punto de mira de la sociedad europea en general, y española en particular. En su momento, hace un par de años, fue el Magreb, por el viraje del Presidente del Gobierno Pedro Sánchez, se seguía los pasos en Argelia, Marruecos y Sáhara Occidental,y este año, debido a los famosos golpes de estado en el Sahel, se observa Mali, Burkina Faso y recientemente, Níger. Y es por eso que está en boca de profesionales de la tertulia, ya sea a través de los medios convencionales de información, u “opinólogos” de la RRSS como Tik Tok, Instagrám, y especialmente, X (antiguo twitter).

Sin embargo, hay leyendas en la concepción de Europa, protagonizadas por África, y de la que los europeos no consiguen deshacerse. Este arraigo a tópicos y escenarios ficticios (como pensar que Norte África es desierto, pirámides, camellos, islam e inmigración, o seguir pensando que la mal llamada africa negra es guerra, danza de la lluvia, tribalismo y de nuevo, inmigración) no es ni mucho menos casual y la prueba está en que, a pesar de los años que llevamos unidos europeos y africanos, los segundos continuamos siendo los eternos desconocidos para los primeros y la pregunta es porqué. Esto podríamos tratar de responderlo usando premisas que no deriven de suposiciones.

Por un lado, el factor determinante, bajo mi punto de vista, es el cortafuegos que ha establecido el sistema a nivel global por excelencia, El Capitalismo. Me explico: tras la victoria del bloque capitalista, allá por los 80, éste comenzó a blindar su hegemonía mundial. Volviendo un poco más atrás en el tiempo. Conferencia de Berlín. Sabemos que el bloque euro-estadounidense accedió a los recursos naturales africanos a través de la piratería más violenta y sádica, así como a los recursos humanos, a través de la privación más absoluta de la voluntad africana, es decir, la esclavitud. Tiempo más tarde, los africanos, valiéndose del Panafricanismo (que tocaremos más adelante), comienzan un periodo de emancipación mediante, mayoritariamente, de los Movimientos de Liberación en todo el continente.

Y como reza el dicho, la historia la escriben los vencedores. En este caso, y volviendo a la victoria y el blindaje que ha desarrollado el bloque hegemónico euro-estadounidense a
nivel global, éste comenzó a hacer uso de la herramienta de la cinematografía para crear
una narrativa alrededor del continente africano y todo lo que tuviera que ver con él. Asi comenzaría “La Civilización” a ver al “Tercer Mundo”.

Comienza un periodo de reescritura de la historia del continente africano. A través de la
arte cinematográfico, literario y musical, se extiende una narrativa, muy alejada de la
realidad, sobre el continente. Se empieza a hablar de un escenario impregnado de
pobreza, miseria y conflictos bélicos. A su vez, se habla de exotismo y de pasión entre
sabanas y dunas. Aquí los personajes, son representados con un carácter rencoroso,
violento y con sed de venganza y, a su vez, son sumisos, alegres, entretenidos y
tremendamente ignorantes. Asi pues, comienza a imperar un silenciado completo de
la realidad de África y no explica el origen de la situación de los africanos.

Vaya por delante, que esto no es una práctica nueva. El bloque euro-estadounidense
simplemente se ha valido de su hegemonía a nivel mundial para extender su narrativa. No
nos vayamos muy lejos de África para poner otro ejemplo, en menor medida y algo mas
antiguo, como la arabización se extendió en toda la región del norte de África, y
concretamente, cómo se aplicó en Marruecos. Las tribus bereberes (Amezigh) propias del
Rif, han visto que su identidad ha sido relegada a la clandestinidad y su manifestación únicamente al núcleo familiar (una aldea o pueblo alejado de la metrópolis en el mejor de los casos) impidiendo así un desarrollo de la expresión de dicha identidad a nivel estatal y que forme parte de una normalidad en todo el Reino Alauí.

Y esto me lleva a la segunda de las premisas de las que hablaba más arriba. Para ello, me
permito el lujo de volver a “tirar” de una célebre cita: aquello que no se nombra, no existe. En una sociedad que está perdiendo el colectivismo de una manera acelerada, como la europea, el sistema capitalista, valiéndose del consumismo, crea un ser cada vez más individualista, otorgando al sujeto una suerte de comodidad de conciencia y envolviéndole en una burbuja de ignorancia que le impide ver lo que ocurre. Ya te impide ver lo que sucede en la casa tu vecino, imagínate en el continente africano, que está a kilómetros y sin, apenas, herramientas para hacerse escuchar. De esta manera el sistema capitalista, validado por la opinión pública, escudado detrás de esa narrativa que se ha ido creando a través de las herramientas mencionadas, permite que la élite que domina el sistema capitalista continúe accediendo a los recursos materiales y humanos en África sin encontrarse con el dique de contención que supondría una sociedad despierta, consciente y sensible.

Por último, la tercera premisa, no tan veraz, se basa en la percepción de que las sociedades africanas tienden a ser herméticas y poco abiertas al resto de mundo, como intentan demostrar los perfiles realizados por pensadores y estudiosos no africanos. Esto tiene una explicación. La experiencia nos dice que, en los últimos siglos, pocas potencias se han acercado a nosotros con afán fraternal. Hemos sido objetos de estudio y no testigos en los libros de historia universal. Airear nuestras manifestaciones intelectuales, culturales y étnicas suponía la exposición a la erradicación que venía practicándose desde hace generaciones y que ha tratado de exterminar la identidad que nuestros antepasados han conseguido preservar y nos han dejado como herencia.

Sin embargo, África ha despertado, y los africanos, haciendo uso del Panafricanismo, que no deja de ser la unión de todas las sociedades y pueblos que componen el continente para lograr la suficiente fuerza, que nos permita mirar el resto de la humanidad de igual a igual, no está dispuesta a continuar siendo considerado intérprete en un escenario ficticio. Estamos listos para desarrollar nuestro propio producto cinematográfico con el que contar al mundo los testimonios de nuestros pueblos.

@TaufigZM

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