Un delito universal

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Por Belén Moreno

El parlamento italiano ha aprobado esta semana una ley que convierte la gestación subrogada en delito universal. Tanto para lo que intenten llevar a cabo esta práctica en Italia como en los países dónde es legal. Este delito será castigado con cárcel y multas de hasta un millón de euros. 

Las voces de los pro vientres de alquiler (ya sea de los colectivos que la defienden desde el punto de vista de padres homosexuales como de parejas hetero) claman al cielo y se sienten agraviados porque la primera ministra Meloni y sus socios hayan puesto fin en su país a una práctica que comercializa con seres humanos. Cuando ellos y ellas exigen que se tengan en cuenta los derechos como futuros formadores de familia, obvian que para conseguirlo vulneran no solo los derechos del fruto vivo de la transacción, sino que también se anulan los de las mujeres que se prestan a ello. Meloni es ultraderecha y eso nadie lo niega. También que su discurso está robado del feminismo y apoyado en su conservadurismo más rancio, regado por gotitas de catolicismo romano. Pero lo que se nos olvida es que el sentido común existe. 

Todos y todas sabemos que Denzel Washington es negro, que Australia es una isla y que las grullas son pájaros. Es decir, que independientemente de las ideologías políticas de cada uno, los ojos nos permiten ver y el cerebro pensar. Y hay cosas que son de cajón. 

La defensa de los vientres de alquiler parte de la premisa de que un hijo biológico va a cubrir las necesidades afectivas de esos padres. En el caso de los gays, solo de uno porque hasta donde a mí me enseñó la biología, dos señores no pueden formar un bebé. Y me pregunto, si el padre que no aporta material biológico acepta con naturalidad que ese hijo no es suyo ¿por qué no es capaz de aceptarle si es adoptado? Porque se le va a parecer lo mismo. En las parejas heterosexuales, las posibles combinaciones de quién y quién no aporta material propio se multiplican. 

Nadie con medio dedo de frente asumiría como natural el hecho de que un rico o rica europeo pagase a otra persona de un país menos rico para que se quite un riñón y se lo entregue a cambio de una cantidad estipulada de dinero. Lo mismo con un hígado, dos ojos o un pulmón. Pero sin embargo la idea de que una mujer pueda poner su útero a disposición de esos mismos ricos europeos, gestarles un hijo para que SATISFAGAN UN DESEO, cada vez está más extendida. Hay que ser un lerdo redomado para no saber que un útero no es indivisible del cuerpo de la mujer, que no trabaja de forma independiente. Una mujer no se embaraza en el útero. Está toda ella embarazada. Los que con los talonarios compran todo no tienen reparos en pagar para que una mujer ponga su vida entera a su servicio. 

Como siempre, detrás de esta maquinaria subrogadora está el dinero. De los que compran y de los que se lucran con ella. Zelenski está ahora mismo a otras cosas, pero cuando vea que ya hay un país que no va a seguir usando mujeres ucranianas y que las cajas registradoras dejarán de llenarse de billetes, lo mismo vuelve a hacer un tour por los parlamentos europeos a exigir que piensen en ellos y en lo mucho que engordan las arcas del Estado cuando sus mujeres son fábricas de hijos. 

En nuestro país, algunos medios de comunicación que están a partir un piñón con ciertos grupúsculos y un ingente número de tuiteros, están poniendo el grito en el cielo porque el fascismo se está colando por las rendijas de su libertad. 

Hace unos días en este país votando en elecciones generales y la situación se ha colocado de forma poco favorable para ninguno de los dos partidos mayoritarios. Vivimos ese momento en que todos los grupos parlamentarios están posicionándose en un bando y mostrando su apoyo o su desapego a los líderes de PP y de PSOE. 

El líder del PP tiene la cosa cruda porque, por un lado, contar no cuenta ni con la ultraderecha ya que después de pedir a los diputados socialistas que alguno de ellos de un paso al frente tamayeando su voto, exige al partido azul actitudes que parece que les chirrían un poco. Les queda la posibilidad de Junts pero no creo que los de Puigdemon estén muy por la labor. Además, o su líder es un gran actor digno de los mejores premios, o el señor Feijoo cada día tiene la cara más verdosa y sus ganas de gobernar se le escapan por los poros. Por mucho que Moreno Bonilla hable de él como si fuese la reencarnación de espíritu santo, Nuñez Feijoo solo tiene cara de querer irse a su casa y meter la cabeza debajo de la almohada mandando a todos a freír monas. Incluso así, en su campaña, se mostró partidario de al menos hablar de los vientres de alquiler. 

Sin embargo, el actual presidente en funciones, con mucha más cara de diálogo, es el que tiene alguna papeleta más para seguir cuatro años como inquilino en la Moncloa. Se tiene que juntar con todo el mundo, pero le pinta mejor. Y ahí es donde yo quería llegar. El partido que más diputados puede aportar al gobierno de coalición es Sumar. Y resulta, que Sumar llevaba en su programa el tema que nos ocupa. Porque alguno de los partidos que se aglutinaron son muy partidarios de que las mujeres seamos paridoras altruistas. Y como buenos defensores de los colectivos trans, el tema se ha tratado en su seno. Y mucho. Se apoyan en la sanidad pública y el altruismo, que no tiene sentido alguno porque mientras alguno de los actores involucrados cobre por hacerlo, el altruismo se queda vacío. 

La disyuntiva para Pedro Sánchez en caso de que este apelotonado grupo de partidos le presente la posibilidad de legislar a favor de la gestación subrogada esta sobre la mesa. Llevan años intentándolo. Se financian coloquios, charlas y conferencias, se presentan folletos a todo color con explicaciones edulcoradas y se mantiene la instrucción que permite la inscripción de los bebés comprados en el extranjero. O sea que se acerca el momento de decidir. El capitalismo neoliberal del que él es un firme partidario y representante, sabe que las mujeres jóvenes y sanas son un chollo comercial. No tienen intención de dejarse escapar ese trocito de cielo, donde los euros caen por su propio peso. 

Recordemos que la ley trans llevaba años gestándose y fue con un gobierno de mayoría socialista cuando se ha aprobado. Los vientres de alquiler van cumpliendo los mismos plazos.

Pedro Sánchez podrá negarse o no. Podrá escuchar al feminismo (jajajajajajajajajajajajajaja) o dejarse mecer por el lánguido y cálido susurro de los dueños de la pasta. Lo que está claro es que salvo que caiga un meteorito y nos pille a todas justo debajo, la posibilidad de legislar sobre los cuerpos de las mujeres está ahí. Por muchas pruebas que podamos presentar, por muchos derechos que se vulneren y por muy mercantilista que sea la práctica. Mientras no se dé un paso al frente y se demuestre con determinación que nuestro país no está dispuesto a posicionarse radicalmente en contra, existe la posibilidad de saltar y ponernos del lado de los surropapis. Algunos ya les están acercando la pértiga. 

Ana Garcia Obregón se compró una nieta y se la criticó mucho. Más por su edad que por la forma de ampliar su familia. Como ella, todos y todas los que reclaman un derecho que NO TIENEN. No existe razón para tratar a las mujeres como máquinas expendedoras ni a los bebés como productos comerciales. Me duele profundamente, me hiere en mi corazón mujer, de feminista y de profundas izquierdas que soy, que quién dijo esta frase sea una persona de pensamientos de derechas, pero la mujer que da nombre a la ley italiana dijo una verdad como un templo: “la maternidad no se puede subrogar… la vida es un bien que no se puede comercializar”.

@belentejuelas

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