No seas feminista

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Si lo que quieres es vivir una vida feliz, no cuestionarte demasiado nada, no discutir con familiares ni amigos, medrar en cualquier trabajo y morir pensando que la sociedad en la que vives es mayormente justa y amable, no seas feminista. Acepta como naturales los derechos de que disfrutas, emociónate con las princesas Disney, las telenovelas y los hombres caballerosos que te abren las puertas y pagan la cena. Asume que los hombres son mejores en casi todo (por qué si no son los que triunfan hasta como chefs o modistos) salvo en la crianza o en manejar esa máquina del demonio llamada lavadora, declara festivo cuando planchen y asume que te van a poner los cuernos porque la naturaleza les hace ir por la vida con la polla tiesa, pobrecitos. 

Pero si eres como la niña que viendo Blancanieves, cuando los enanitos se lamentaban de que les dejara preguntando que entonces quién les iba a cocinar y limpiar, le dijo a la tele “que se jodan los enanitos”, lo lamento por ti, eres feminista y ponerse las gafas moradas es como caerse en la marmita de la poción mágica, no tiene marcha atrás.

Has descubierto que, al igual que el metro es la unidad de longitud en el sistema métrico decimal, los hombres son la medida de la humanidad y todo se ha construido a su alrededor y a su servicio, incluidas nosotras, sobre todo nosotras. 

Y por si no te lo creías la Universidad Johns Hopkins ha venido estos días a dejar las cosas claras. Es una de las universidades más prestigiosas del mundo, sobre todo en medicina (en su hospital era donde ejercía el televisivo House), pero también en biofísica, química, biología, matemática aplicada, ingeniería biomédica, etc. Es decir, en ciencia, y especialmente la ciencia dedicada al estudio del ser humano. Perdón, del hombre. 

Porque han elaborado una guía de lenguaje y terminología inclusiva, cómo no, donde hacen la siguiente definición de gays y lesbianas:

  • Gay: hombre a quien atraen sexualmente los hombres
  • Lesbiana: no-hombre a quien atraen sexualmente los no-hombres.

Ampliamos vocabulario; a mujeres cis, vulvaportantes, gestantes, mujeres biológicas y útero portantes se une NO-HOMBRES. Ante el tremendo escándalo y aluvión de críticas lo han borrado de su web para «revisarlo», aclarando en el mismo texto una y otra vez que son respetuosos con todos los géneros y sentires posibles, no les vayan a tachar de tránsfobos. Lo del respeto a las mujeres ya…tal.

La otredad, hermanas. Volvemos a ser la otredad. Las que no somos la medida de lo humano, las que no somos la mitad de la humanidad, las que somos únicamente lo que no somos, no somos hombres. Y si los hombres son la representación de la humanidad en sí misma, podemos ir deduciendo que nosotras somos la no-humanidad, es decir, ¿seremos siquiera humanas?

Esta es una pregunta que se ha planteado la humanidad (es decir, los hombres) desde hace milenios, ha habido encendidas discusiones en la Iglesia Católica y hace pocos años en Arabia Saudí (sorpresa, llegaron a la conclusión de que estamos más cerca de los animales que de los hombres). Y ahora uno de los centros científicos de conocimiento más prestigiosos del mundo lo corrobora. 

Yo, que no me hago caso ni a mí misma y por eso soy feminista, ME CAGO EN LA JOHNS HOPKINS. Sois gentuza que no sabéis de lo que habláis. Y si estás haciendo esto porque el dinero del lobby trans manda, espero muy fuerte que se os vuelva en contra. Porque estáis yendo en contra de la ciencia y la razón y si os vais a volver un claustro de creyentes, vuestra ciencia no valdrá una mierda y será mejor gastarse el dinero en estudiar en un seminario e ir a curarse a Lourdes. Enhorabuena, os habéis convertido en la no-ciencia, en el no-método científico, en la sinrazón. 

¿De verdad las mujeres vamos a aceptar esto? ¿Que mientras nos llevamos las manos a la cabeza porque en Afganistán los talibanes nos han prohibido estudiar y envenenan hasta a las niñas por hacerlo, nuestras universidades y colegios se transformen en centros religiosos?

El mundo occidental se está convirtiendo a un culto, a una religión, la queer, que está calando tan rápidamente solo porque es un pozo de misoginia. Porque refuerza los estereotipos de género, cierra la mordaza en torno a ellos y nos vuelve a servir en bandeja a las mujeres como esclavas de cuidados, sexuales y reproductivas. Porque solo somos no-hombres, ¿qué importa?

Y yo os digo, compañeras, que la Iglesia que más ilumina es la que arde.

1 COMENTARIO

  1. Se puede decir más alto pero no más claro. Menos mal que aún hay personas coherentes con voz en los medios.

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