La concejala de Vox en el Ayuntamiento de Parla y tercera en la lista para el próximo 28 de mayo, Ana González, fue detenida por la Policía Nacional en una operación contra el tráfico de drogas en la que los agentes requisaron un kilo de cocaína y armas de fuego. En la operación también fue detenido su marido en la propia localidad parleña.
La Policía Nacional comunicó que la pareja administraba un entramado que comprendía a varias sociedades para blanquear el dinero obtenido del tráfico de la droga. Según esas fuentes policiales, en el domicilio escondían la droga que luego distribuían a terceros para su venta en las provincias de Madrid y Toledo.
En el operativo policial hay otras personas detenidas y todas son de nacionalidad española.
Consejos doy que para mí no tengo.
En una esperpéntica ironía, la concejal detenida acusaba a los okupas de atraer problemas de delincuencia a su localidad, como el tráfico de drogas.
Llegó a hacerlo en un video promocional de su partido, Vox, en el que junto a Rocío Monasterio camina por un barrio de Parla y comenta que unas viviendas sociales -no entregadas- fueron ocupadas y eso «atrae problemas de delincuencia». En el video, Rocio Monasterio asiente y califica a las personas que ocuparon las viviendas sociales no terminadas como «mafia» y culpa a «los politicos con sus políticas».
La situación produce un sarcasmo grotesco, dado que uno de los mayores reclamos de la campaña electoral del partido de ultra derecha es precisamente la seguridad ciudadana, enfocada en la ocupación de viviendas.
La vivienda, uno de los mayores causantes de la pobreza de miles de familias españolas, no ha podido ser aliviada como prometió en su proyecto el Gobierno de Coalición, que ha sido incapaz de meterle mano a uno de los más atractivos objetivos para inversores, que, en momentos de incertidumbre como el que vivimos, optan por la compra de viviendas y su especulación.
Para colmo, la ultra derecha logra volver del revés la situación y presenta como principal preocupación de la vivienda un supuesto peligro de ocupación, lo que hace el agosto de empresas de seguridad y matones de vigilancia. Mientras tanto, los alquileres suben y barrios enteros se convierten en parques temáticos del turismo, inaccesibles a familias trabajadoras.
