Podría tratarse de una simple historia del movimiento existencialista, pero no es así. Este libro escarba en las ricas y, en ocasiones, disparatadas relaciones entre los componentes de una generación de filósofos irrepetible. Digamos que el involuntario patriarca de estos pensadores fué el filósofo Edmund Husserl, uno de los precursores, si no el principal,de una de las grandes disciplinas filosóficas, la «fenomenología«. Partiendo de Husserl, la autora involucra al lector en la génesis del pensamiento existencialista y la personalista visión de cada uno de sus promotores intelectuales, desde Martin Heiddeger y su existencialismo metafísico, pasando por Gabriel Marcel y su existencialismo teológico, hasta llegar al tándem que formaran Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre.
La tormentosa amistad que compartieron entre todos ellos,sus mutuas pasiones y recriminaciones,los entresijos y las componendas políticas que afectaran fundamentalmente a Sartre, las relaciones de este último con Albert Camus y sus diferencias ideológicas de última hora.
Todo ello conforma un relato hilarante,por momentos surrealista,pero sin que esto sea óbice para que al mismo tiempo sirva a la comprensión de lo que en su momento significó el existencialismo y sus diferentes variantes.
Pero,en mi opinión,una de los momentos más interesantes es cuando se centra en la figura de Jean Paul Sartre y su particularísima visión de la vida,su compromiso incondicional con la acción política transformadora y como presenta al mundo el » marxismo» como un humanismo.
Siempre recordaremos sus famosas palabras: «Descubrir cuál es la vida que queremos llevar y cómo conseguirla es algo que todos perseguimos en la vida.» En conclusión,tanto para lectores más especializados,como para los lectores más neófitos en la materia,este libro resulta ser una lectura deliciosa y un instrumento de divulgación filosófica muy interesante.
