Vivimos en un mundo extraño, mundo que observamos con los ojos abiertos de aquellos que saben que algo malo está a punto de ocurrir. Sin embargo, a veces ocurren cosas que le hacen a uno congratularse con el mundo. Voy a decir un par de ellas.
En la madrugada de este miércoles los cosmonautas Sergei Prokopiev y Dmitri Petelin se encontraban dando un paseo espacial desde la Estación Espacial Internacional. Sobrevolaban Argentina cuando una voz con acento argentino se coló durante 3 segundos en la retransmisión de la NASA. Decía así: “¿150 dijiste, de Irigoyen?”. Así lo describe el periodista Manuel Mazzanti en un tuit que se ha hecho viral.
En otro orden de cosas, el pasado martes ocurrió una de esas historias absurdas y a tal punto surrealistas que resulta difícil creer, pero ocurrió. El sevillano Samuel Anaya estaba disfrutando de un atardecer magnífico, como todos los de Sevilla, sobre la azotea de su edificio cuando observó que la Policía se acercaba a su barrio. No le dio más importancia y se puso a hablar por teléfono con una amiga cuando se da cuenta de que viene, no sólo más policía, sino que en la propia azotea se presentan los uniformados para pedirle por favor que no se tire. Pueden ustedes leerlo desde su propia cuenta de twitter.
Estas dos noticias nos muestran claramente que, a pesar de los problemas del mundo, de la guerra, del cambio climático, de la crisis social e ideológica que nos aqueja, nos queda siempre el recurso del humor, la paradoja que dice que sólo vive quien sabe vivir y quien es capaz de sacarle el jugo a la vida porque, qué demonios, son dos días. ¡Que ustedes tengan buenos y surrealistas días!
