Misterios del Madrid oculto: los comerciantes de Sol y Gran Vía

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Hoy el villano de Madrid va a vestirse de parapsicólogo y a hablarles de leyendas y folklore relativos a su ciudad. Nuestra querida villa medieval primigenia, hoy convertida en gran urbe, esconde muchos secretos, lugares y creencias en torno a lo sobrenatural, lo mágico o simplemente lo desconocido. Algunos son misterios mundanos. ¿Sabían, por ejemplo, que, para tremenda sorpresa de todos, en 2009, durante una de las múltiples obras de remodelación que se perpetran en nuestra ciudad, fue hallada, en la base de la estatua de Cervantes situada enfrente de las Cortes, una «cápsula del tiempo» de la cuál no se tenía ningún conocimiento previo que contenía objetos representativos del liberalismo de 1834? ¿Conocían la increíble desaparición del cuerpo y el sepulcro del genio de la pintura Diego Velázquez, que se perdieron durante las obras que llevaron a cabo José Bonaparte y la corte napoleónica durante el tiempo que estuvieron ocupando la villa? Otros secretos de nuestra ciudad ya se adentran en lo sobrenatural. Baste decir, por ejemplo, que nuestro patrón, San Isidro, es uno de los santos a los que atribuye la iglesia católica más milagros —¡438! —. O que en el Parque del Retiro tenemos la que durante mucho tiempo se ha considerado única escultura de Lucifer en el mundo, situada, además, a un nivel muy cercano de los 666 metros de altura sobre el nivel del mar, con todo lo que significa esa cifra en la cultura occidental, y que esconde varios impactos de bala de origen desconocido, aunque probablemente daten de la Guerra Civil. Por último, no olvidemos los supuestos fantasmas del Palacio de Linares, actual Casa de América.

Pero mi mito o ser favorito del «Madrid oculto» es un grupo de entidades sobrenaturales, o eso parece, a las que hay que mantener contentas. Exigen sacrificios y buen comportamiento. De lo contrario, dicen quienes las han visto, abandonarán la ciudad y la sumirán en la ruina. Si les extraña ver hablar de ocultismo en una publicación de temática mayoritariamente marxista y materialista, sepan que estas criaturas a las que me refiero se materializan periódicamente en cuanto algún rojo descreído realiza algún acto que no es de su agrado para después desvanecerse en otro plano de la existencia durante la mayor parte del tiempo. Les estoy hablando de «los comerciantes de Sol y Gran Vía».

Nunca ha aparecido una foto de dichos seres. No se muestran al ojo humano —salvo a los de unos pocos elegidos que suelen responder a un perfil muy característico que analizaremos más adelante—. Pero determinados medios se hacen amplio eco de cada una de sus apariciones. Quienes han visto a estas criaturas, usualmente empresarios y reporteros de medios de comunicación cercanos a la derecha madrileña, las describen como un hatajo de almas en pena que trabajan febrilmente en la Puerta del Sol y otras calles del centro de nuestra querida villa medieval, hoy convertida en gran ciudad y capital, haciendo viables con su abnegada labor pequeños comercios que dan de comer a muchas familias desvalidas. Creemos, guiándonos por las palabras de sus videntes, que dichos seres son enviados de la gloriosa diosa Libertad y especialmente de Mercurio, deidad patrona del comercio. Están atormentados por algún suceso de origen desconocido pero que debió ser obra de algún rojo desalmado, ya que siempre que se manifiestan lo hacen en actitud sollozante y suplicante para que se ponga fin a manifestaciones de izquierdas, a Madrid Central, a la peatonalización de calles, al auge de los manteros que supuestamente provoca cualquier medida de izquierdas, etc. Pero alguien del actual ayuntamiento del Partido Popular ha debido encontrar la forma de acabar con su tormento eterno, porque con las obras que de navidades a esta parte tienen lugar en la Puerta del Sol, las cuales han convertido la plaza en un laberinto mal pavimentado donde es tremendamente incómodo —¡e incluso peligroso! — permanecer, caminar y mucho menos comprar, estos entes no se han vuelto a pronunciar. Estas misteriosas criaturas siguen en su estado superior de existencia. Y eso que los varios meses que duran ya dichas reformas han incluido la campaña de navidad completa.

Para tratar de dilucidar el misterio que envuelve a estos seres habría que intentar contactar con los máximos expertos o testigos de sus milagrosas apariciones. En este sentido hay un hombre que no puede dejar de ser consultado, dado que es quien más mensajes ha recibido de dichas criaturas. Recuerden que ya habíamos comentado que como muchas entidades sobrenaturales o desconocidas, los comerciantes se manifiestan a través de videntes o profetas y el más bendecido por su confianza es Florencio Delgado Mulas, un empresario al que los medios de derechas han situado durante décadas al frente muchas asociaciones denominadas con nombres cambiantes, siempre centradas en oponerse a las medidas liberticidas, destrozavidas y hundecomercios de los rojos bilduetarras bolivarianos y en transmitir los deseos de los comerciantes y otras entidades similares a los mandamases del PP de la ciudad y la comunidad.

Este empresario vive en Alcorcón y no tiene ningún comercio en Madrid, pero por alguna razón, sin duda demasiado compleja para el entendimiento de los mortales, los mencionados seres lo han escogido como su emisario, y así, este alcorconero ha aparecido en varios medios transmitiendo la palabra revelada por estas entidades prodigiosas. Sin embargo, después de su última aparición, durante la cual, hablando en nombre de los comerciantes de Gran Vía, declaró que había un terrible complot para sacar los coches del centro y hundir a muchas familias que vivían de dichos establecimientos, resulta que este iluminado ha reducido notablemente su presencia en los medios.

A ello pudo deberse que no un periodista, sino el autor de comics Mauro Entrialgo, se hubiera molestado en buscar sobre el prodigioso vidente de los comerciantes y descubriera que, durante décadas, siempre que el Partido Popular madrileño escuchaba un supuesto clamor de los villanos de Madrid o algún colectivo, era Florencio Delgado el que hablaba en los medios en representación de los grupos sociales o ciudadanos afectados.

En cuanto a las asociaciones que representaba, por ejemplo, cuando los comerciantes de Sol transmitieron sus quejas por las acampadas del 15-M a Florencio, el profeta era descrito como presidente de la Federación de comercio agrupado y mercados de la Comunidad de Madrid (COCAM) que supuestamente representa a los establecimientos que citan en su nombre. Pero esta agrupación no tiene un solo asociado en Sol. Y cuando hablaba sobre cualquier asunto de Gran Vía, aparecía como representante de asociaciones de vecinos, empresarios, comerciantes, etc, etc.

Por qué la labor de investigación descrita la realizó un dibujante de cómic y no un periodista es otro de esos misterios insondables que suelen envolver las apariciones de los comerciantes, pero el caso es que, por lo visto, los descubrimientos de Entrialgo pusieron al profeta Florencio en la diana. Entonces, ahora sí, los periodistas empezaron por fin a preguntarle, y en la última ocasión en la que este vidente se mostró en público reconoció que la asociación fantasma de Gran Vía, represente a quien represente, ya no tiene casi miembros. También añadió que nunca habló en nombre de COCAM, y que cuando vio esa publicación en ciertos medios contactó con el verdadero presidente de la federación y ambos compartían la extrañeza. Poco después desapareció.

Así que los madrileños y los expertos llevan bastante tiempo sin saber nada de los comerciantes. Hay quien dice que los dueños de comercios en Sol sí que han protestado por las presentes obras en la plaza, pero ya no les hacen caso los medios. En sus últimas apariciones el profeta Florencio Delgado también aseguraba haberse quejado de decisiones del Partido Popular, pero es que, decía, aquello no se vio. De todas formas, esas obras en Sol siguen causando estragos y pronto hay elecciones. Sería un buen momento para que las entidades conocidas como los comerciantes de Sol volvieran a dejarse oír. ¿Lo harán? En opinión de los autores que de este caso escriben no volverán a aparecer mientras no haya un rojo o tenido por tal en el ayuntamiento.

Diversas apariciones de «los comerciantes de Sol y Gran Vía» y los sucesivos colectivos a los que los medios dijeron que representaba el profeta Florencio Delgado.

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