Hasta anteayer y durante 10 días consecutivos, las fuerzas coloniales sionistas han llevado a cabo un asedio en el campo de refugiados de Aqbat Jabr, al sur de la ciudad de Jericó, en Cisjordania. El resultado más sangrante del asedio – y su presunto objetivo – es el de cinco nuevos asesinatos. Cinco palestinos que, según, Israel, pertenecían a un grupo armado de la resistencia palestina.
Además de las 5 muertes, hay más de una decena de heridos como resultado de este ataque, al menos 10 detenidos y daños materiales notorios, al haber destruido varias viviendas y otras infraestructuras y edificios.
Bajo la lógica israelí del “castigo colectivo” a toda la población palestina, los accesos al campamentos de refugiados estaban cerrados sin que nadie pudiese entrar o salir del mismo. Asimismo, las fuerzas coloniales han empleado munición real, gases lacrimógenos y granadas de ruido.
Estos cinco nuevos asesinatos, junto con otro de un adolescente de 17 años asesinado ayer cerca de Nablus, se suman a la cifra de palestinos asesinados por Israel, siendo en total 42 en lo que va de año, de los cuales 9 eran menores de edad.