La Confederación General de Trabajadores del Perú, principal central sindical del país, rechaza «categóricamente el quiebre de la institucionalidad democrática y la continuidad de una crisis que beneficia a las fuerzas de la derecha y los grupos de poder económicos en el Perú.»
La central «hace un llamamiento a que, como clase trabajadora, somos conscientes que el Congreso de la República merece ser disuelto por sus constantes ataques a la democracia y amenaza a los derechos y conquistas» y y advierte que Pedro Castillo «debió cerrar el Congreso tras la negativa de la confianza a dos consejos de ministros» aunque, «sin embargo pese a contar con las oportunidades correspondientes, se negó a hacerlo otorgándose poder y oportunidad a la derecha golpista que hoy busca lavarse la cara tras una disolución del Congreso fallida.»