Docentes Feministas por la Coeducación, @DoFemCo.
La mochila de Ada es una obra de Teatre al Detall que ha sido galardonada como mejor espectáculo para público familiar y que aprovecha la actual y peligrosa ola de buenísimo de promover las infancias trans.
Se trata de una obra teatral dirigida al público infantil y familiar, basada en un caso real cercano a la hija de los dramaturgos, que narra la experiencia de un niño y su proceso de transición a niña trans.
Es importante destacar que, tanto al inicio como al final de la obra, se lanza un mensaje directo al público: “no pretendemos que se comprenda la historia ni que se comparta la misma opinión, sólo pedimos que se respete la felicidad de esta niña”. El lanzamiento de este mensaje es preventivo, ya que lo que van a exponer a continuación da pie a un gran debate, y con este aviso pretenden zanjar.
La narración cuenta la valentía y la estoicidad de un niño, Àdam, que encuentra salida a su sufrimiento y represión por parte del entorno y de sus familiares (aunque dicen que le quieren hasta el infinito) transicionando a niña. También sufre acoso escolar y recibe burlas por ser quien es: un niño que no encaja en los estereotipos sexuales impuestos a los niños varones. La obra cuenta que Àdam expresa, con reparo, en su día a día, su personalidad y sus gustos, que interpretados desde una visión patriarcal y basada en estereotipos sexistas, serían “poco masculinos”.
Así que, finalmente, el desenlace de la trama muestra como este niño es en realidad una niña trans, atrapada en un “cuerpo equivocado”.
A pesar de que la obra pretende visibilizar la mal llamada “infancia trans”, es innegable que lo que en realidad transmite es la visión sexista de la infancia que perpetúa la desigualdad y la discriminación hacia los niños y niñas y su libertad de explorar, jugar y ser.
Se supone que la obra intenta ser crítica con estos estereotipos sexuales impuestos, ya que empieza criticando hechos y dichos que se oyen normalmente en nuestra sociedad: «pensaba que era un niño, como no lleva pendientes», «qué bonita, como va con pelo largo», etc. Sin embargo, la trama va desarrollándose a partir de ir mostrando ocho pistas o pasos que llevarán a Àdam a convertirse en Ada. Estos pasos recuerdan a la ya conocida historia de Berta, que aparece en la guía de Crysallis. Esta similitud entre los dos relatos es natural, ya que la compañía fue asesorada y acompañada por Crysallis en el proceso de creación de la obra. Todas y cada una de las ocho pistas son estereotipos sexuales que Àdam, como niño, no cumple. En ningún momento Àdam muestra incomodidad con el hecho de ser un niño, de jugar con niñas, ni tampoco muestra el deseo de pertenecer al sexo femenino, sólo muestra su afinidad a ciertos juegos, actitudes y actividades a las cuales no le dejan acceder y, sin embargo, a su amiga Carla sí. Este discurso es muy peligroso y la audiencia lo recibe mientras va asintiendo con la cabeza a medida que va transcurriendo el relato.
A Àdam le encanta dibujar y la primera pista que muestra que en realidad “siempre ha sido una niña» es un retrato de su familia que hace a la edad de 6 años en el que se representa a él mismo con vestido y con el pelo largo. La reacción de su madre al dibujo es preguntarle: Àdam, ¿por qué te dibujas como a una niña?
Otras pistas que “delatan su verdadero sexo” son, por ejemplo, que a Àdam le gusta pintarse las uñas y por ese motivo recibía acoso en el colegio. También, cuando la abuela le trae un regalo redondo, él se teme lo peor al imaginar que se trata de una pelota de fútbol, de la misma forma que se disgusta cuando los reyes magos le traen coches que nunca ha pedido. Otro ejemplo es cuando Àdam le dice a su madre que quiere vestir falda y ella se estremece… En otra ocasión van a una tienda de ropa y él quiere el disfraz del personaje femenino de Elsa de Frozen (¿cuántos niños conocemos que se disfrazan de Elsa sin significar nada más que están jugando?).
Y así, Àdam, con esa mochila llena de tristeza, negación, coacción y odio hacia su personalidad que no encaja en lo que se espera de él, se va de campamentos, lejos de la opresión social y familiar que sufre y decide volver como Ada, feliz, vestida con la ropa de su amiga y siendo aceptada como niña, (¿qué otra opción le queda sino?). El padre y la madre “la” reciben con los brazos abiertos y aceptan con agrado su explicación: “de ahora en adelante voy a ser Ada”. Incluso, un año después de su transición, el niño del colegio que le acosaba le acepta y respeta, ahora sí, como niña trans, pero no antes como a un niño «diferente», y le invitan a su fiesta sorpresa de «nombreversario».
Lo que realmente hubiese sido rompedor en la historia, hoy en día, sería un relato en el que las personas que rodean a Àdam apoyaran al niño desde la perspectiva feminista de que no existen “cosas de niño” ni “cosas de niña” y le permitieran desarrollar sus inquietudes, gustos, preferencias y personalidad en libertad.
Hacer creer a la infancia y a la sociedad que puedes elegir ser niña o niño es una falacia que contribuye al sexismo y que da luz verde a despreciar la naturaleza de sus cuerpos, normalizar procesos de hormonación de por vida y operaciones irreversibles en menores de edad, es decir, destruir su autoestima. Es, por tanto, un mensaje tremendamente peligroso que daña directamente a la infancia y que no se debería permitir.
Desde DoFemCo afirmamos que La mochila de Ada es una obra teatral cargada de roles de género que difunde un peligroso mensaje transgenerista alejado de la mirada feminista y de la protección de la infancia. La historia de Àdam es contraria a los principios de la coeducación que defiende el desarrollo libre de niñas y niños y, además, contribuye muy negligentemente a perpetuar el sexismo y a normalizar las infancias trans en el ámbito del público familiar, como solución al sufrimiento silenciado de tantos niños y niñas que, sin excepción, merecen ser libres de querer explorar, jugar y ser.
