Euforia desmedida en medios occidentales tras la movilización anunciada por Rusia

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«Colas kilométricas de rusos que tratan de huir por las fronteras» repetían ayer con insistencia las emisoras de radio, televisiones y diarios digitales españoles, que se esforzaban por anunciar un supuesto «éxodo masivo» de ciudadanos rusos hacia otros países.

La mal disimulada euforia de los medios y de los portavoces de los organismos europeos es evidente ante este nuevo paso en el conflicto de Ucrania, con el anuncio de la movilización de reservistas en Rusia, en un mensaje dirigido por Vladimir Putina la nación. Se percibe en estos medios un incontenible entusiasmo: presentan a un Putin en situación desesperada y a una Rusia sorprendida por el poder de los aliados.

Hace apenas unos días la prensa afín al entorno de la Alianza Atlántica celebraba una supuesta victoria de Zelensky y la teórica recuperación de «terreno conquistado» en lo que era un avance sin oposición en territorios de Jarkov no defendidos por tropas rusas, tal como explica por ejemplo en su página Thierry Meyssan.

Hoy se trata de pregonar un supuesto éxodo y manifestaciones con detenidos en Rusia, como respuesta al anuncio de Vladimir Putin de la movilización parcial en este país. La movilización, anunciada por esos medios occidentales como la mayor campaña de reclutamiento desde la Segunda Guerra Mundial, tiene unos claros límites, expuestos por el propio Putin en ese mensaje dirigido a la nación: solo serán reclutados quienes estén en la reserva, hayan servido en las Fuerzas Armadas y tengan competencias y experiencia relevantes.

El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, especificó que la movilización significará el reclutamiento de unos 300.000 reservistas. Se estima que Rusia cuenta con unos 25 millones de personas que han recibido algún tipo de adiestramiento militar, en un país que es uno de los diez más poblados del mundo, con 145 millones de habitantes.

El eufórico entusiasmo que el mensaje de Putin ha despertado en los medios podría tener un análisis bien diferente con la simple observación de dos aspectos objetivos en este conflicto:

  • la intención no oculta por parte de los aliados de la OTAN en prolongar lo máximo posible la guerra, avivada con la intención de desgastar a un poderoso adversario en el escenario global como Rusia. Hace pocos días el representante de la UE, Josep Borrell, manifestaba que «las guerras se ganan con armas» para respaldar el elevado gasto en armamento que los países de la Unión están invirtiendo.
  • la necesidad de la UE de presentar noticias victoriosas que justifiquen las medidas sancionadoras contra Rusia y que en los últimos meses se estaban convirtiendo en un disparo por la culata para los propios europeos (hace unos días Von der Leyen llegó a afirmar en el Parlamento Europeo que Rusia estaba acorralada y que ya no tenía capacidad industrial, por lo que estaba usando chips de electrodomésticos para sus armas). La amenaza de un invierno difícil y la inflación estaban dejando en demasiada evidencia que EEUU no dudará en sacrificar lo que crea necesario para salvar su poder económico, y que ese sacrificio no sólo se refiere a los ciudadanos ucranianos.

El mensaje amenazante de Vladimir Putin, que incluía además una advertencia sobre la certeza de sus intenciones, ha sido también recibido por parte de la izquierda española como una confirmación a las tesis que observan el conflicto como una «guerra imperialista». Esta perspectiva sugiere una posición equidistante entre los contendientes.

También aquí es recomendable recordar al menos unas cuantas circunstancias objetivas, que plantean una duda más que razonable en cuanto a la veracidad de una situación de igualdad entre bloques imperialistas:

  • basta con un vistazo a la hemeroteca para recordar que la OTAN apoyó el golpe de la ultraderecha en 2014 y que las milicias antifascistas del Donbass llevan ocho años combatiendo a grupos de ideología nazi blanqueados por la propaganda europea.
  • el cerco de los países aliados de la OTAN en el entorno de Rusia, que ha aumentado de 16 a 30 el número de países acogidos a su alianza -especialmente en las fronteras rusas- desde la desaparición de la URSS, con el epicentro actual de la disputada Ucrania.
  • los sindicalistas quemados vivos, la ilegalización de partidos contrarios, el bombardeo a la población civil, actos frente a los cuales tanto EEUU como la UE ha mirado para otra parte.
  • los evidentes signos de una motivación económica tras el conflicto, en especial en el sector energético, las sanciones relacionadas al gas ruso, las medidas adoptadas contra bancos y empresarios rusos.
  • la operación militar inicial realizada por Rusia tenía como objetivo disputar contra Ucrania. Meses más tarde, es manifiesto que el enfrentamiento es contra una UE desbocada y dispuesta a apoyar de manera ilimitada el conflicto, azuzada por EEUU.

Cabe señalar también que el mensaje de movilización se produce tras el anuncio de referéndums propuestos en varias regiones del territorio ucraniano, en las que se supone habría una alta disposición de la población a una incorporación a la Federación. La activación de los reservistas respondería así a la necesidad de una defensa de un territorio más amplio, que pasarían a convertirse en objetivo de más ataques o injerencias por parte de la OTAN.

Más conflictos en esos territorios anexados daría pie a Zelensky para una nueva ronda de visitas a los parlamentos europeos para exigir el envío de más y mayores armas y el necesario incremento en el gasto de miles de millones de euros para la causa.

La movilización parcial vista desde fuera de los medios españoles.

En el Consejo de Seguridad sobre Ucrania celebrado en estos días en las Naciones Unidas, hubo posiciones que plantean una opinión que difiere bastante del mensaje de nuestros medios. Así, según informó Helena Villar en vivo, el portavoz de Cuba, en una referencia al bloqueo recordó que «EEUU continúa ignorando la demanda para cesar su política ilegal y cruel. Persiste el empeño en generar escasez y provocar daños». Por su parte, portavoces de Serbia fueron contundentes al señalar sobre Ucrania que «muchos dicen que es el primer conflicto en Europa después de la Segunda Guerra Mundial pero la integridad territorial de Serbia, que no atacó a otro país, fue violada antes. ¿Cuál es la diferencia hay entre la integridad territorial y la soberanía de Ucrania y la de Serbia, que fue violada y por la cual ustedes brindaron legitimidad internacional?».

Por su parte, el nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, aprovechó su discurso en la ONU «para reivindicar, defender y consolidar la dignidad y soberanía de los pueblos ante el intervencionismo armamentista de EEUU».

El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, se expresó con meridiana claridad ante la ONU en estos términos: «Especialmente cínica es la postura de aquellos estados que suministran armas a Ucrania y técnica militar, enseñan al personal de las fuerzas armadas. El objetivo es evidente, no lo ocultan. ¿No querrán Ustedes, señores, acusarse a sí mismos? Nosotros tenemos que defendernos de toda la maquinaria occidental».

Posteriormente, Lavrov añadió: «Estados Unidos y sus aliados están encubriendo los crímenes de Kiev. Occidente trata a Zelenski según el principio de es un hijo de perra, pero es nuestro hijo de perra«.

Medios como Pravda consideran la situación como un conflicto ya globalizado en el que Occidente lanza un órdago a Rusia, como parte integrante del bloque adversario a EEUU en un nuevo orden mundial, y estima que Putin pretende indicar con su movimiento que «Occidente no está preparado para un combate con Rusia». La jugada del gobierno ruso pretendería situar a la OTAN en una encrucijada.

Otros medios como Kp.ru acogen el mensaje de Putin como la respuesta necesaria a 8 años de conflicto en Ucrania, años en los que los habitantes de esas zonas fueron abandonados a los actos de bandas de ultraderecha y mercenarios, e incluso a las especulaciones de «comerciantes privados» que trataron de hacer negocio del conflicto. Colaboradores de este medio interpretan que finalmente Rusia ha entendido que «Occidente es el enemigo con el que hay que hablar el lenguaje que entienden, de la fuerza».

Por su parte, el presidente del Partido Comunista de la Federación Rusa, Gennady Zyuganov, sobre el discurso de Putin a los rusos, declaró: «he estado esperando tal apelación durante mucho tiempo, la apoyo totalmente. Por primera vez, un presidente dijo abiertamente que el objetivo de Occidente es destruir Rusia. Apoyamos la movilización parcial, el presidente ya firmó tal decreto, se movilizarán 300.000 reservistas, esto es el 2% del recurso de movilización”.

La opinión generalizada de la Duma del Estado es que “no habría movilización si no fuera por la agresión de Occidente” y de apoyo a los residentes del Donbass si se pronuncian a favor de ser parte de Rusia, así como de las zonas que preparan los respectivos referéndums.

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