Lidia Falcón, Presidenta del Partido Feminista de España.
Un camarada del Partido Feminista ha estado al borde de la muerte. Después de permanecer quince días en coma, ha sobrevivido gracias a haber sido atendido correctamente en la UCI del Hospital Ramón y Cajal, lo que le ha salvado la vida. Pero las lesiones que le han quedado y los tres meses de inmovilidad le ha dejado sin poder sostenerse en pie. Para poder volver a andar tiene que realizar una constante rehabilitación durante varias semanas. Y aquí ha comenzado su segundo calvario.
El servicio de rehabilitación ha programado únicamente dos sesiones a la semana, y desde hace un mes no ha comenzado los ejercicios porque la ambulancia que debe trasladarle desde su casa al hospital no va buscarle. Las ambulancias ya no pertenecen a la sanidad pública. Las provee y administra una empresa privada que se llama Ambulancias Santa Sofía y que no debe tener suficientes vehículos para atender a los pacientes que se le encargan. Los primeros días que debían trasladar a nuestro camarada no compareció ninguna. Tras las interminables llamadas que la familia realizó para averiguar por qué no acudían, muchas de las cuales ni siquiera eran atendidas porque nadie respondía, se consiguió que aseguraran que irían a recogerlo los lunes y los miércoles a una hora concertada. El primer lunes no comparecieron. El miércoles, que es hoy, después de llamar recordando la cita y explicando nuevamente que el paciente no puede andar y como hay varios escalones en el portal es preciso bajarlo en una silla de ruedas, la ambulancia ha llegado con únicamente el chófer y sin silla.
Ante la imposibilidad de transportarlo el chófer dijo que iría a buscar a otro enfermero y se fue. Y ya no volvió.
El negocio de empresas, empresitas y chiringuitos privados que se han montado en Madrid –y temo que en todas las comunidades gobernadas por el PP- alrededor de la sanidad pública, constituye la vergüenza de nuestros gobiernos autonómicos. Esa Santa Sofía debe tener dos ambulancias para toda su actividad y pocos más empleados, por ello no pueden trasladar más que dos veces a la semana a los pacientes por falta de vehículos y trabajadores. Pero ni siquiera con tan poca prestación llegan a cumplir su cometido. El teléfono de avisos no contesta porque no hay telefonistas suficientes, la incompetencia o mala fe impiden que se tomen con precisión los encargos y los chóferes no llevan ayudantes cuando se trata de trasladar a discapacitados inválidos.
Pero el gobierno de la Comunidad de Madrid, regido por la ilustre Presidenta Isabel Díaz Ayuso, que tiene de cómplice al Consejero de Sanidad, está decidido a hundir definitivamente el servicio de salud público. Porque de ello se benefician los amigos de esos dirigentes, y nunca sabremos si ellos mismos. No tengo posibilidad de averiguar quiénes son los intermediarios que se lucran de tan cómodos negocios, que, como el hermano de la presidenta, cobran comisiones y otras prebendas por hundir la sanidad en la Comunidad de Madrid. Pero tampoco parecen querer averiguarlo los contribuyentes, los votantes de tan honrado gobierno ni siquiera el Fiscal general de la Comunidad.
Madrid se ha convertido en el nido de corrupción más profundo e impune de España, de donde han salido procesados y aún encarcelados varios de los dirigentes del PP, sin que ni las acusaciones de exacciones, comisiones y mordidas que se han vertido e incluso demostrado, ni la evidencia de los desmanes y fraudulentos negocios que alimentan tanto al partido como a sus más famosos políticos, hayan modificado la conducta de los actuales, ni provoquen la indignación de las víctimas que somos todos los ciudadanos y ciudadanas sometidos a la rapiña organizada por la Presidenta Ayuso y sus consejeros y cómplices.
Parte de un problema de la politización de los jueces, de los medios informativos que no dicen la verdad y los medios económicos de este país, donde una empresa que en el 2009 podría haber incurrido en un abandono de concurso le hayan vuelto dejar concursar. En fin que mientras se siga en España sin la evolución que dicta la modernización continua de nuestra sociedad debido a la cantidad de mayores de 70 años sentados en el poder, no avanzaremos al ritmo que debiéramos.
Aclaró, que los medios de comunicación no es que mientan, simplemente, que no dicen la verdad, la omiten. Y algo de lo que no se habla no existe.
Como me gustan los escritos bien documentados.
1. No es que las ambulancias no pertenezcan ya a la comunidad de Madrid. Es que nunca han pertenecido, ni ahora ni con ninguno de los anteriores presidentes de la comunidad…. ni tan siquiera con Leguina…. pero bueno… ya sabemos que Rossi es culpa de Ayuso.
2. En las ambulancias no hay conductores ni torrente que llamar a enfermeros… somos técnicos en emergencias sanitarias, en funciones de conducción o ayudante…. pero no somos chóferes.
3. La empresa que viene dando servicio a la zona del Ramón y Cajal lo viene haciendo desde hace unos 4 años más o menos la empresa Vitalia… no Santa Sofía…a lo mejor es en otra zona donde le dan la rehabilitación y no en el Ramón y Cajal.
4. La empresa que vd indica, Santa Sofía es una empresa que viene dando servicios de trasporte sanitario desde 1968 por lo que no es un chiringuito montado al amparo de los últimos acontecimientos….
5. Que no tenga suficientes efectivos…. es su opinión. Y muchas veces el no prestar los servicios que se me requieren viene más por la desidia de algunos trabajadores, sobre todos los des-coordinadores y mucho personal que viene subrogado desde años y años y sigue sin prestar sus servicios como debe… pero eso es otra historia.
6. A mi me parece aún más sangrante el hecho que solo le den 2 días por demanda de rehabilitación….. porque están muy sobrecargados los servicios, pero no prestamos de ver a gente de los hospitales que quedan para desayunar, tomar café, etc etc etc… como hacer tiktoks preciosos.
Pero nada… sigan vds contando la historia como les interesa.