«Luego alcancé a comprender que el tiempo nunca se gana y que nunca se pierde, que la vida se gasta, simplemente”. Así apostillaba en su libro Malena es un nombre de Tango una de las autoras españolas más leídas, sentidas y amadas de nuestra literatura. Hoy se ha ido como del rayo Almudena Grandes, la mujer que escribió como nadie sobre el arquetipo del superviviente, encerrado entre sus letras y sus innumerables títulos, la escritora madrileña galardonada con el Premio Nacional de Narrativa, el Premio La Sonrisa Vertical, el Premio Cálamo, el Premio Fundación José Manuel Lara o el Premio Sor Juana Inés de la Cruz ha fallecido de cáncer en su amada Madrid.
La mujer que prefería estudiar latín a Geografía e Historia, la que comenzó escribiendo textos para enciclopedias, la que realizó un cameo en el la película A Contratiempo de Oscar Ladoire, la que elevó el género erótico a cotas difícilmente alcanzables con Las Edades de Lulú, la que escribió grandes relatos sobre mujeres inspirados en poemas como Modelos de Mujer, la que dibujó un Atlas de Geografía Humana, aquella mujer maravillosa que escribió toda una saga sobre la resistencia antifranquista con sus Inés y la Alegría, El Lector de Julio Verne, Las Tres Bodas de Manolita, Los Pacientes del Señor García, La Madre de Frankenstein y la aún sin publicar, Mariano en el Bidasoa, ha rubricado hoy su faceta inmortal.
Almudena Grandes era columnista habitual del diario El País y contertulia en los programas de la Cadena SER. Siempre cercana a las tesis de la izquierda firmó en 2007 el manifiesto “Por la convivencia y frente a la crispación” contra la utilización del terrorismo como eje de la política. Son famosas sus críticas contra la impunidad del franquismo y a favor de la regeneración democrática de nuestro país. Ha fallecido una mujer que sabía cómo eran y cómo son los españoles y por eso decía en su novela, El Corazón Helado: “Cada familia tiene un armario cerrado, lleno hasta arriba de pecados mortales.”
