Pandora papers, nueva filtración del privilegio obsceno de los capitalistas

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Responsables del más alto nivel político de más de 90 países que ejecutaron recortes a sus pueblos, presidentes en activo o recientes que llevaron al paro y a la miseria a sus compatriotas, monarcas como el Rey Juan Carlos que se suponen figura clave constitucional, intelectuales de amplia influencia como Vargas Llosa que pontifican sobre cómo deben votar los ciudadanos, estos y multitud de personajes notorios vuelven a quedar expuestos en otra filtración de documentos ocultos en los despachos de asesores de alto nivel en paraísos fiscales.

Con el nombre de Pandora Papers se ha conocido una nueva difusión de documentos secretos realizada gracias al trabajo de una agrupación de periodistas de diferentes países y medios internacionales, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, en los que se exponen los datos que evidencian la existencia de riquezas ocultas y de evasión de impuestos de un gran número de dignatarios políticos, artistas, deportistas y otros personajes famosos.

Esos documentos revelados demuestran que estos personajes poseen cuentas secretas en paraísos fiscales o que eluden impuestos a gran escala mediante la creación de sociedades «offshore», es decir, compañías extraterritoriales que se aprovechan de su ubicación para permitirse el favor de jurisdicciones financieras favorables. La nueva revelación supera en número de documentos a la famosa filtración conocida como Panamá Papers que en 2016 dejó en evidencia a funcionarios gubernamentales de todo el mundo y de distinguidas personalidades como por ejemplo Juan Carlos de Borbón, de quien pudimos conocer de este modo que poseía cantidades millonarias en cuentas opacas que, además, implicaban a otros familiares de la Casa Real y a seres queridos fuera de la familia.

La irónica circunstancia es que la difusión de este reciente hallazgo salpica a presidentes en activo y a ex presidentes que han efectuado recortes y despidos entre los trabajadores de sus países con la excusa de mejorar la economía nacional. Es del caso de Argentina, país que ocupa el tercer lugar en la lista de beneficiados de esas empresas offshore y en ella aparece relacionada la familia y entorno político del ex presidente Mauricio Macri. Ya involucrado directamente en los Panamá Papers, Macri ha llegado a afirmar con total desfachatez que «Argentina es un país en el que para ganar dinero tienes que evadir impuestos», amparado en que la creación de este tipo de sociedades no es ilícito aunque sí altamente cuestionable desde la más simple ética.

Sebastián Piñera, presidente de Chile, es otro de los implicados en estos nuevos documentos, gracias a los que se ha podido conocer que manejaba negocios offshore para la compraventa en Islas Vírgenes Británicas de la mina Dominga, maniobra que involucra a un empresario, amigo cercano. Las cantidades que se contaban en la operación eran de 14 millones de dólares en Chile y en las Islas Vírgenes Británicas de 138 millones de dólares. Los pagos estaban condicionados a que el Estado no declarara como reserva natural el entorno donde se abriría la mina llamada Dominga, tal como reclamaban los ambientalistas chilenos.

Nivel global de este tipo de operaciones, amparadas en los poderes fácticos.

Esta fuga de contenidos secretos nos lleva a vislumbrar el entramado corrupto y obsceno que se esconde bajo la pátina dorada y distinguida de los monarcas, los dignatarios y los hombres de Estado. En un sencillo análisis, cabe destacar al menos un par de características del sistema en el que vivimos. La primera de ellas es que estas maniobras alcanzan un nivel global. Según estos documentos, bancos radicados en países de todo el mundo ayudaron a sus clientes a formalizar miles de estas empresas, a través de un bufete de abogados panameño llamado Alemán, Cordero, Galindo & Lee, dirigido por un ex embajador en Estados Unidos. Anteriormente el uso era llevar el dinero físico a Suiza o algún otro país para ingresarlo en las cuentas donde se ocultaba bajo el secreto bancario. Ahora, estos bancos ofrecen el servicio de mediación con este tipo de bufetes y la comodidad de una transferencia bancaria en la que el dinero desaparece de sus registros y va a sociedades artificiales donde permanece resguardado de manera confidencial y a salvo de inoportunos impuestos.

En segundo lugar, es asombrosa la normalidad con que ha llegado a aceptarse que personajes famosos recurran a estas artimañas, llegando a naturalizarse de tal modo que hasta presidentes y altos cargos de países copian el modelo, en lo que socialmente ya viene a ser una argucia propia de astutos emprendedores que simplemente aprovechan un vacío en las normas legales, aunque esos cargos se deban a la seriedad y al ejemplo de sus cargos. Podría decirse que los poderes fácticos están amparando este tipo de acciones, puesto que ni el FMI o el BCE parecen estar interesados en investigar la ruta de los capitales fugados.

De este modo la falsedad y la ocultación pasan a formar parte de los privilegios de los que gozan los capitalistas, aquellos que poseen los recursos o los contactos que les permiten acceder a un nivel superior de fiscalidad. El resto de mortales se resigna a contribuir religiosamente con nuestras obligaciones fiscales y sostener de ese modo al erario. De este erario es de donde salen, dicho sea de paso, las ayudas a las empresas o a los propietarios de viviendas afectados por la crisis y que se apoyan en las subvenciones estatales para no caer y empeorar la deuda nacional.

Cabe preguntarse, en lógica llana, cuánto descenderían esas asfixiantes deudas nacionales si los empresarios tributaran aunque fuese a nivel proporcional de los trabajadores. Y cabe preguntarse también si esa deuda existiría de producirse realmente y no sólo de palabra la igualdad entre ciudadanos que proclaman las constituciones de estos países que se consideran democráticos.

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