En 2018, en mitad de la guerra comercial de EE.UU y China, la Directora financiera y heredera de la principal empresa privada china, Meng Wanzhou, fue detenida en Canadá.
Las consecuencias de la era Trump todavía siguen pegando coletazos. En 2018 inició una escalada de tensiones con China que afectó al despliegue internacional de la red 5 G.
La administración estadounidense no puede soportar ni sostener que China le tome la delantera ni como sector tecnológico ni de ningún otro tipo. Los modelos bélicos ya no son los tradicionales, destacar la lawfare o la guerra económica.
El gobierno de EE.UU, introdujo a la compañía en la lista negra bajo acusaciones de supuesto espionaje. Todo apunta a que no fue mucho más que una excusa para presionar a la potencia oriental.
La compañía china no tardó mucho en responder, estableciendo su red 5 G al margen de las empresas yanquis. Poco después, Meng Wanzhou es detenida en Canadá. En esta situación ha permanecido retenida en suelo canadiense desde entonces. La administración estadounidense reclamó su extradición en numerosas ocasiones sin éxito.
En el otro lado del mundo, China había detenido a dos ciudadanos canadienses bajo evidencias de espionaje. Fueron conocidos como los dos Michaels.
Meng Wanzhou ha llegado a un acuerdo con las autoridades de Washington y se han suspendido las diligencias contra la Directora financiera. Por lo tanto, Canadá ha decretado su libertad.
El Ministerio de Justicia de Canadá ha declarado: «La jueza ha liberado a Meng Wanzhou de todas su condiciones de la libertad bajo fianza. Meng Wanzhou está libre para abandonar Canadá».
Por su parte, el gobierno chino ha dejado libre a los dos canadienses condenados por espionaje. Esta ha sido la parte humana del conflicto, pero aún queda por resolver las económica, aún cuándo Trump ya no está.