We won. Con esas dos palabras, Maya Forstater declaraba su victoria en Twitter en una larga judicial que comenzó al no serle renovado su contrato por oponerse en Twitter a la autodeterminación de género. En 2019 perdió en los tribunales su demanda pero al aceptarse su apelación su caso siguió adelante. Así, el Tribunal de Apelación Laboral ha concluido que la creencia de Maya en que el «sexo biológico es real, importante e inmutable» forma parte de sus propias creencias filosóficas, protegidas por la Ley.
La sentencia deja claro que las leyes de igualdad y empleo exige a los empleadores de Forstater que la opinión de sus empleados está protegida, y sólo si el discurso cruza la línea del acoso o la intimidación, podrían haber actuado contra ella, lo que no ha sido el caso.
[…] en Australia o Kathleen Lowrey en Canadá. También encontramos los casos de Maya Forstater o la periodista Julie Bindel, y el de la archiconocida escritora J.K. Rowling, que ni […]