«Me resulta extremadamente difícil pedir helado de yogira @thebiggchillofficial cuando tienes que pasar por delante de toneladas de galletas sin azúcar u otros alimentos dietéticos antes de llegar al mostrador. Hazlo mejor, por favor».
Así se expresaba en sus redes sociales la famosísima cantante, Demi Lovato, autoerigida como representante de las personas con trastornos alimenticios y fiel seguidora de la política de cancelación hacia todo lo que ella considere que le molesta, en este caso que un pequeño negocio familiar haya osado vender helados sin azúcar.
El ridículo esta vez ha sido tal que hasta sus falsas le reprocharon el absurdo, que por supuesto no paró ahí, ya que la famosa y rica cantante casi pareciera que no iba a parar hasta arruinar a la heladería. Cuando el pequeño negocio pidió disculpas, la mujer contestó:
«No es solo eso. El servicio fue terrible. Súper bordes. La experiencia fue para mí un desencadenante y horrible. Puedes tener cosas para otra gente y, al tiempo, cuidar del porcentaje de gente que acude a la tienda y a los que les cuesta un esfuerzo diario simplemente el entrar en ella. Podéis encontrar la manera de atender las necesidades de todo el mundo. Incluso las de la gente con desórdenes alimenticios, una de las más peligrosas enfermedades mentales, solo por detrás de la sobredosis de opiáceos. No pongáis excusas, simplemente hacedlo mejor»
Lovato ha recibido sin embargo su merecido castigo en la respuesta de la gente, que hasta en estos tiempos de posmodernidad han entendido que la estupidez tiene también un límite. Así, cientos de mensajes han obligado a retractarse a la cantante que creemos se pensará dos veces su próximo intento de hacer el ridículo.
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Se deberían arreglar un par de cositas en la nota:
-sacar la coma después de «cantante» y antes de «Demi»: no es la única cantante del mundo, y
-«trastornos» y «desórdenes» alimenticios no va: esos males no alimentan, sino que enferman. Pongamos «alimentarios», ¿sí?
Saludos.
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