Entre 1946 y 1956, la cárcel vieja de Segovia, fue la Prisión Central de Mujeres donde acababan las republicanas represaliadas por el Franquismo. Se la consideró una de las peores cárceles debido a las bajas temperaturas, que hacían aún más dura la vida de violencia, hambre y silenciamiento que llevaron las reclusas. Ahora, bajo el nombre de Cárcel Segovia Centro de Creación, la que fuera cárcel y convento hoy se transforma en un lugar de memoria.
La exposición “Papillons. La palabra no dicha” ocupa uno de los patios interiores de la cárcel y mediante una escenografía teatral recoge el sufrimiento de las mujeres mediante fotografías, objetos de la época, telas bordadas y la exhibición de un documental. Como en el campo de concentración de Auschwitz, una tela colocada sobre la puerta de entrada recoge la siguiente frase: “A la mujer se le atrofia la inteligencia como las alas a las mariposas de la isla de Kerguelen, ya que su misión en el mundo no es la de luchar en la vida, sino acunar la descendencia de quien tiene que luchar por ella.”
La comisaria de la exposición, Lidia Martín, explica que la onerosa frase es de Antonio Vallejo-Nájera, el Mengele español, que pensaba que las mujeres republicanas poseían el “gen rojo” y que había que exterminarlo. Muchos historiadores señalan este “pensamiento” como el origen de los robos de niños que se han dado en España hasta hace bien poco. La colaboración de la diseñadora Eugenia Navajo ha sido fundamental para elaborar un entorno asfixiante donde la simbología de cada objeto pone al espectador ante el maltrato, la violación o la humillación de las cabezas rapadas de las presas. En el documental se recogen testimonios de las presas supervivientes y las palabras de Queipo de Llano llamando a la violación de mujeres republicanas.
