Caso Khashoggi: la sangre derramada por la Monarquía saudí

Hace tres años, la monarquía absolutista y fundamentalista saudí, en un episodio más de de eliminación de opositores, asesinó al periodista Khashoggi en Estambul.

El hecho causó conmoción puesto que fue asesinado en el consulado saudí en Turquía, al que fue convocado para negociar tras su huida de Arabia Saudí. El periodista escribió en el año anterior varios artículos críticos contra el régimen denunciando, por ejemplo, la guerra en Yemen y la falta de respeto hacia los Derechos Humanos en la misma.

Todo esto coincidió con la política sistemática de eliminación de opositores, que en esta ocasión dirigía el sucesor al trono, el príncipe Mohamed bin Salmán. Recordemos la política de falta de respeto por las libertades y los derechos humanos que practica el país. Así lo relata en sus informes Amnistía Internacional:

https://www.amnesty.org/es/countries/middle-east-and-north-africa/saudi-arabia/report-saudi-arabia/

En el momento, las autoridades turcas ya informaron que Khashoggi había sido torturado de múltiples formas, hasta arrebatarle por completo el último soplo de vida de su cuerpo, cortándole el cuello. Tras su muerte, también informaron dichas fuentes que fue descuartizado en varios trozos con una motosierra.

Han tenido que pasar tres años y unas elecciones en EE. UU para poder desclasificar los informes de la CIA. Cuándo saltó la noticia, Donald Trump se negó a desclasificar los informes que apuntaban la intervención del príncipe heredero. El documento sostiene que los hombres actuaban bajo las órdenes del mismo Mohamed bin Salmán.

La delegación saudí se excusó diciendo que casualmente esos hombres actuaron de forma independiente, sin cumplir órdenes. Una excusa ridícula para un país en el que no se mueve ni un hilo sin la aprobación de los monarcas.

Cerrado el capítulo de Trump, la nueva presidencia se decidió hace unos días a publicar las informaciones, no sin antes llamar telefónicamente al Rey de Saudí.

Finalmente, todo esto se ha resuelto con unas sanciones cosméticas por parte de EE. UU, para salvar el tipo. No se han aprobado sanciones económicas, como si se aprueban hacia otros países con más democracia. Las sanciones aprobados son de restricciones de visados. El Super progresista Joe Biden, seguirá prestando apoyo militar al país y también seguirá operando en Yemen. Conclusión: todo por el petróleo y el dinero de la monarquía saudita.

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