La teleoperadora Konecta ha iniciado desde hace unas semanas la imposición forzosa del trabajo presencial del personal que hasta el momento desarrollaba su actividad en teletrabajo. Esta medida, incomprensible a todas luces en plena tercera ola de la pandemia, acaba con las medidas de protección frente al covid-19 que se habían implementado y obliga a la vuelta al trabajo presencial a cientos de trabajadores en los call centers.
Ante esta situación, los sindicatos con representación en la empresa -CGT, CCOO, UGT, USO, SAT, CSIF, FASGA, CSI, Solidaridad Obrera y Sindicalistas de Base- han convocado huelga en Konecta, que empezará el próximo lunes, 11 de enero, y se extenderá a todos los lunes del mes.
Esta desescalada unilateral expone, según los convocantes, a los trabajadores «a un riesgo de contagio que también afectará a sus familias y a las poblaciones en las que se desarrolla su actividad”,en una empresa que «es la voz de empresas como Banco Santander, Openbank, Bankia, Vodafone, Orange, Iberdrola, Naturgy o Mutua madrileña entre otras empresas y de servicios públicos como la Agencia Tributaria, la Tesorería General de la y de Seguridad Social o Aguas de Barcelona.»
La decisión ha contado con el apoyo político del diputado por Sevilla de IU, Ismael Sánchez Castillo que ha declarado que la decisión de la empresa es «una medida innecesaria” además de una “gran irresponsabilidad”, en unos momentos en que la tasa de contagios por la COVID19 está siendo muy alta en Andalucía y en Sevilla.
