China llama a BRICS a rechazar revoluciones de colores, sanciones y otras injerencias

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En la reunión realizada ayer mediante videoconferencia de los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, instó a aunar esfuerzos para contribuir a la recuperación de la economía global tras la pandemia del COVID-19. También llamó a «hacer frente a la politización de cuestiones científicas y tecnológicas, las sanciones unilaterales». Además añadió que «es necesario contribuir metódicamente a la recuperación del empleo, las industrias y los estudios, así como crear ‘vías rápidas’ para la circulación de personas y ‘canales verdes’ para el transporte de mercancías».

Dentro de esta serie de recomendaciones a sus pares en la mencionada asociación comercial, China envió un claro mensaje a través de las palabras de su mandatario: «es necesario promover conjuntamente una solución política de las cuestiones agudas, la ONU debe desempeñar un papel importante como mediador, es necesario combatir la imposición ciega de sanciones y amenazas del uso de la fuerza«.

Asímismo, el jefe de la diplomacia china urgió a reivindicar con firmeza la soberanía de los Estados, «oponerse a la interferencia en los asuntos internos de otros países y evitar que se lleven a cabo revoluciones de colores«.

De este modo, China emplaza a sus homólogos del Brics a promover soluciones políticas y dialogadas a situaciones conflictivas y ponderar el papel de la ONU como mediador de esos procesos.

Las declaraciones tienen un gran interés dentro del marco de conmoción en la economía mundial que ha provocado la pandemia, que no ha hecho más que agudizar la aparente pérdida de la hegemonía económica de EEUU, cuya delicada situación ya se vislumbró con la pugna tecnológica del 5G y que se ha evidenciado en la disputa farmacéutica por la vacuna del covid.

Recordemos que los BRICS suman los países más poblados del mundo y una enorme extensión de territorio, cuyos recursos naturales y humanos les conducen a poseer considerables guarismos de producto interior bruto y de crecimiento económico. En el agudizamiento de la crisis de producción que vivimos suponen un rival inasequible para los intereses imperialistas de EEUU, a quien parece quedarle sólo la vía de la fuerza militar y las maniobras oscuras de injerencias -véanse las revoluciones de colores- para tratar de mantener su preponderancia.

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